Por si no fueran pocas
las polémicas, por todo y por nada, que tenemos montadas en esta precampaña
electoral, la final de la Copa del Rey de futbol entre Barça y Sevilla, que se
celebrará el domingo en el Calderón, viene a poner la guinda, desatando todo
tipo de comportamientos indeseables. En efecto, ante la más que probable
exhibición de “esteladas” en el estadio por parte de buena parte de los
seguidores independentistas catalanes (un desafío más al Estado de Derecho junto
con la previsible pitada al Himno de España y al Jefe del Estado y, por tanto,
himno de los catalanes y Jefe de Estado de Cataluña) la Delegada del Gobierno
en Madrid ha prohibido dicha exhibición de banderas no oficiales, que nada
tiene que ver con el deporte, siguiendo las recomendaciones de la UEFA que, por
cierto, ya ha multado al Barça con anterioridad por dicho motivo. No en vano,
desde 1996 la UEFA codifica lo que debe ser el normal desarrollo de las
competiciones, siendo objeto de sanción disciplinar utilizar un partido de
fútbol para transmitir mensajes de naturaleza no deportiva y especialmente si
son de carácter político. Pues bien, la medida de la citada Delegada ha
desatado los demonios (que no hace falta desatarlos porque ya andan sueltos):
Puigdemont, anuncia que no irá al encuentro; Ada Colau, le sigue en su
estrategia; Carmena, para no ser menos, hace lo propio… y hasta el Presidente
del Barça pone en cuestión su asistencia. El asunto es vendido en la calle como
una agresión de la perversa España a Cataluña, con lo que el Govern Catalá
aprovecha el veto a la “estelada” para airear el adormecido “procés” y hasta el
propio PP de Cataluña pide que se retire la prohibición, decisión que habrá de
tomar un juez ante el recurso presentado por el Barça, que, por cierto, no
asistió a la reunión de seguridad de la Federación en que se pidió evitar la
exhibición de “esteladas” en la Copa del Rey. Cierto que hay juristas que dudan
de la constitucionalidad del veto a esta bandera en la final de Copa (para
gustos e interpretaciones jurídicas, todos los colores), pero deplorable la
reacción de las citadas autoridades ante una decisión tan justificable como la
contraria y avalada por los reglamentos deportivos. Al final, un negro borrón
para los clubes españoles que, a pesar de todo, suman en competiciones
internacionales 26 de los 51 títulos de futbol disputados en el siglo XXI, en
el que tanto Sevilla como Barça son destacados protagonistas. Esperemos
disfrutar de un gran partido de fútbol aunque algunos pretendan convertirlo en
un circo o en algo mucho peor. Al margen de la decisión final que tome la Justicia,
lo que ya queda claro, como siempre, es que las pitadas al... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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