En efecto, la Justicia
desautoriza al Gobierno (e indirectamente a la UEFA) y permite la exhibición de
“esteladas” en el Calderón durante la celebración de la final de la Copa del
Rey que se celebra esta noche. Una vez más, lo que debiera ser sólo un
espectáculo deportivo de primera magnitud se convierte en un inaceptable foro
de reivindicación política, incluso totalitaria en este caso, ya que, detrás de
dichas banderas se ubican los independentistas catalanes, cuyos líderes se
proponen alcanzar sus objetivos soberanistas, no contemplados en nuestra
Constitución, al margen de la legalidad democrática. Así, de entrada, ganan las
“esteladas” y pierde el fútbol. El juez desoye a la Fiscalía y a la Delegación
del Gobierno con el argumento de que “no está probado que inciten a la
violencia” (en efecto, nadie ha sido apaleado en los estadios por ello) aunque
incluso peñas blaugranas no nacionalistas, que también las hay, discrepan y
afirman que “no es verdad que no molesten, crean desasosiego”. Entretanto el
Parlament relanza la “desconexión” antidemocrática y, dando una vuelta de
tuerca más a la desobediencia, anuncia la presentación inminente de la primera
Ley de Seguridad Social propia, en tanto que Puigdemont pide dimisiones
(también lo hacen otros, como los socialistas, aprovechando que el Pisuerga
pasa por Valladolid) tras la anulación por parte del juez del veto a dicha
bandera independentista. Pero lo paradójico es que Puigdemont (olvidando que
más de 400 familias no pueden elegir educación bilingüe en Cataluña, que las
multas por rotular en castellano han crecido un 173%, que 120 Ayuntamientos
independentistas catalanes han retirado la bandera española incumpliendo la
Ley, y tantas y tantas agresiones totalitarias por el estilo) se siente
ofendido y agredido por la pretensión de la Delegada del Gobierno en Madrid,
cuando el Barça prohíbe a las aficiones visitantes llevar símbolos políticos (y
me parece bien), tal como afirma Fernando Santiago, periodista y aficionado del
Atlético de Madrid, en el encuentro de Champions de 2014, en que los mossos “tiraban
las banderas españolas a un contenedor”, requisando bufandas y estandartes en
las puertas de entrada al Nou Camp. Algo estaremos haciendo fatal para que en
nuestro país se dé la paradoja de.... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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