Cuando todos esperaban
que, mientras el veto de los partidos para formar gobierno de unos u otros y
que su falta de acuerdo abriría camino a la repetición de elecciones, cuando el
propio Rey esperaba que en esta segunda ronda PP y PSOE le trasladasen avances
en las negociaciones, y cuando se especulaba que el dilema de Felipe VI estaría
entre Sánchez, que le pediría que le propusiese, o abrir un periodo de
reflexión, optando por no proponer candidato ante la falta de acuerdos entre
unos y otros, el Rey, ante la respuesta de Rajoy de que todo seguía igual y no
contaban con mayoría suficiente, decide proponer a Sánchez que, aunque está en
las mismas condiciones de Rajoy en cuanto a la mayoría se refiere, le pide al
menos un mes para negociar “a izquierda y derecha”, no ya a aquel posible
gobierno “progresista de izquierdas” que propugnaba hace bien poco, mientras
Rajoy le había manifestado al Monarca que no podía garantizar “un Gobierno
estable porque el PSOE se niega al diálogo”. Sánchez pues es el candidato
propuesto por el Jefe del Estado, tras la renuncia de Rajoy, eso sí, temporal,
sin contar, al igual que este, con una mayoría suficiente para ser investido,
lo que podría entenderse que entre la cobardía o cautela del líder popular y la
osadía del líder socialista, se ha optado por éste, a quien Iglesias llama
ahora hipócrita por prometer “un imposible”, para sumar a Rivera en este
proyecto, que algunos consideran como primer gobierno de perdedores, cuando
inicia ese plazo de al menos un mes para negociar con unos y con otros, “a
izquierda y a derecha” sin descartar un reparto “proporcional” de ministros con
Podemos, es decir, un reparto de sillones sin ton ni son. Es más, con todo
descaro y tras reiterar una y mil veces el famoso “no es no” a sentarse ni
siquiera con el PP para dialogar, tiene ahora la desfachatez de reclamar “lealtad
al PP” intentando conseguir la cuadratura del círculo. Pedro Sánchez inicia así
una negociación a la desesperada para presidir un Gobierno imposible y salvar
in extremis su liderazgo, en tanto que Rajoy mantiene su candidatura
(simplemente dice al Rey que en estos momentos, al igual que Sánchez, no cuenta
con la mayoría necesaria) y, obviamente, cierra la puerta a una abstención del
PP para propiciar un ejecutivo socialista. Si además Pablo Iglesias, tras
tachar de “hipócrita” la estrategia de Sánchez, reiterando que no apoyará un
acuerdo con Ciudadanos, y Rivera veta a Podemos y a los independentistas,
aunque hablará también con el PP desde hoy, y la nueva preferencia de Sánchez
por Ciudadanos, como quiere el PSOE andaluz, y si... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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