martes, 16 de febrero de 2016

EL GOBIERNO DE PODEMOS


                        Por si Pedro Sánchez tiene alguna duda Pablo Iglesias le aclara por escrito los objetivos de su gobierno y menos mal que, de momento, le deja al socialista que lo presida. Iglesias pone un alto precio al pacto que pretende Sánchez, exigiéndole, entre otras cosas, una macrovicepresidencia y la ineludible apuesta por convocar un ilegal referéndum en Cataluña; y, como las lentejas, si quieres las comes y, si no, las dejas. En efecto, como si pretendiera que el socialista le diga que no o que se someta a él (todo es posible vistas las apetencias de Sánchez por convertirse en ex Presidente del Gobierno de España, con todo lo que ello le reportaría), el comunista, haciendo alarde de su “leninismo amable” le exige poder político real, imponiéndole un plan de casi cien páginas a modo de programa de gobierno que va desde la convocatoria de un referéndum en Cataluña (los de los demás territorios vendrían después, ya que propone eliminar de la Constitución la “indisoluble unidad de la nación española” para garantizar la “plurinacionalidad”) a la exigencia de una Supervicepresidencia de Gobierno para él (que controlaría el CNI, el CIS, el BOE y los medios de comunicación, entre otras competencias), pasando por un aumento del gasto público inasumible de 96.000 millones en la legislatura (24.000 millones anuales subiría el presupuesto del Estado), con una subida de impuestos de 28.000 millones (10.000 en IRPF y 14.000 en Sociedades y Patrimonio). Con semejante proyecto gubernamental, en el que el Presidente de Gobierno casi sería una mera figura decorativa y el verdadero poder recaería en la Vicepresidencia, iríamos, en caso de tener alguna viabilidad, que no la tiene, a un país arruinado en poco tiempo, con un peso fiscal inasumible para las clases medias trabajadoras, territorialmente dividido en naciones y autonomías cuyas relaciones se basarían en la bilateralidad con el Estado, con una educación para diluir los símbolos nacionales reformulando las clases de Historia de España para adaptarlas a la “realidad plurinacional” y con un descrédito internacional que al final nos abocaría a una trasnochada autarquía de miseria. Y semejante osadía de Iglesias cuando es la tercera fuerza política y sólo cuenta con 69 diputados (pocos y mal avenidos) de una Cámara Legislativa compuesta por 350 escaños, en la que, por cierto, el... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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