La puesta en escena de
unos y otros por si acaso al final hay que repetir elecciones generales no nos
conduce a ninguna parte. Cada uno de los líderes de los distintos partidos busca
simplemente la forma de salir mejor airoso que los demás intentando engañar a
la ciudadanía no sólo de los insuficientes resultados electorales obtenidos por
su partido, sino sobre su personal trayectoria postelectoral, sus soflamas
electorales y sus rectificaciones de un día para otro que, obligados por una
realidad que se niegan a reconocer, sólo demuestran su incoherencia, su cinismo
y su demagogia. Contradicciones que se reflejan en los medios de comunicación y
que en su conjunto echan por tierra los argumentos esgrimidos para justificar
sus injustificables comportamientos. Fracasada de momento la asunción, por
parte de Pedro Sánchez, del programa marxista-leninista de Pablo Iglesias,
adobado con sabores ultranacionalistas del más rancio totalitarismo, el líder
socialista se decanta por un acuerdo, insuficiente en todo caso, con Rivera que
se resiste a entrar en un gobierno del PSOE, afirmando Ciudadanos que, aunque
llegue a un pacto con él, no participará en una coalición con los socialistas,
mientras pacta con el PSOE contra la corrupción y se aleja de Rajoy, quien,
casi con seguridad, si se le propusiera, estaría dispuesto a suscribir dicho
acuerdo que prevé cambiar la ley para expulsar a los cargos públicos que vayan
a ser juzgados e impedir aforamientos en casos como el de Barberá, mientras
mantienen que “no hay obstáculos insalvables” (seguro que para dichos asuntos,
no los hay). En todo caso, dicho acuerdo anticorrupción PSOE-Ciudadanos, que
seguro suscribiría el resto de partidos, obligaría a Sánchez, que intenta
cargar todas las tintas de la corrupción en el PP, difuminando la de los
socialistas, a expulsar a su candidato a la Xunta y al Presidente de la FEMP ya
que estarían dentro del epígrafe de la destitución de los imputados, como es el
caso. Pero además del preacuerdo anterior, se plantea otro preacuerdo del PSOE
y Compromís a cambio de la “deuda histórica”, sin que sepamos a qué cosas
estará dispuesto a renunciar, aunque sea sólo por razones tácticas, el partido
nacionalista valenciano de corte pancatalanista que ya gobierna en Valencia en
coalición con el PSPV-PSOE. Por su parte los populares sostienen que “si Rajoy
quiere seguir, lo hará”, coincidiendo en que si... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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