Sin lugar a dudas una de las prioridades en
España es una regeneración política que devuelva la confianza en el sistema de
los ciudadanos, alejando tentaciones totalitarias en aquellos que, siempre al
acecho, están decididos a pescar en ríos revueltos. El Rey apela a la honradez
y el honor como pacto para la convivencia, precisamente porque se han perdido
desde hace tiempo como pautas de conducta, no sólo en las conductas políticas
sino en general. Los turbios comportamientos, cuando no delictivos, son moneda
de cambio habitual, al extremo de que casi se tiene la sensación de que,
quienes se comportan de forma inmaculada, están fuera de lugar. No sé si por
convicción o por supervivencia el PP y el PSOE están decididos a firmar un
pacto encaminado a la regeneración política y, al parecer, ya han acordado que
los pagos ilegales a los partidos sean delito. ¿Qué eran hasta ahora? Además de
una práctica habitual, nadie lo sabe, pero, al respecto unos y otros se tiran
los trastos a la cabeza, generando más confusión y desconfianza. Es tan
irrespirable el ambiente que un demoledor informe del Tribunal de Cuentas
desvela la “carencia de control interno” y las “deficiencias” en las
contrataciones del CGPJ, el máximo órgano de gobierno de los jueces, que, al
parecer, están plagadas de irregularidades. Si hasta el órgano regidor de los
jueces no es claro y trasparente a la hora de contratar, qué podemos esperar
del resto de instituciones. No estaría de más por tanto que ... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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