Cierto que Rajoy pide “disculpas en nombre del
PP” por nombrar a “personas que no eran dignas de sus cargos” y “perdón a todos
los españoles”, ante la última trama corrupta que se ha hecho pública. Pero no
basta, no es suficiente. Nada más saltar la “operación Púnica” dijo en Murcia
que “unas pocas cosas no son los 46 millones de españoles ni el conjunto de
España”. Cierto que, aunque fueran muchas, no son, afortunadamente, el conjunto
de España. Pero, ni son pocas, sino demasiadas, ni son cosas, sino escándalos
intolerables que, en ningún caso y bajo ningún pretexto se pueden ni deben
minimizar. Ni lo puede hacer él, como presidente del gobierno y del PP, ni el
resto de líderes de los demás partidos, ni los demás gobernantes territoriales,
pues cada uno, en sus propias filas, tiene lo suyo. Si su rectificación
obedece, como dicen algunos, a la presión de líderes, barones, altos cargos y
de algún ministro del PP, o, por el contrario, es producto de su personal
reflexión, es lo de menos y, en todo caso, bienvenida sea, ya que siempre es
bueno pedir perdón por los errores cometidos. Pero, no basta, pues la gente
está tan harta que ya ni piensa que se trate de errores. Ni de él, ni del resto
de dirigentes políticos que, siendo benevolente, son incapaces de limpiar su
casa y sólo reaccionan para exigir a los demás, cuando toca, que limpien la
suya. Y, al final, entre unos y otros... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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