Sacar a España del agujero económico
en que está metida ni es tarea fácil ni se puede conseguir a base de
ocurrencias ideológicas de unos u otros o, mejor dicho, de unos contra otros,
por lo que pactar es imprescindible ahora más que nunca y así parece ser que lo
ha entendido el PP al dar tregua al Ejecutivo apoyando finalmente el decreto de
la “nueva normalidad”, que insólitamente ha sido aprobado en el Congreso por
amplia mayoría, tras aceptar el Ejecutivo la petición de los populares de que
se tramite como ley para permitir enmiendas, con lo que, al final, sólo Vox y
el independentismo han votado en contra. Es obvio que la aguda crisis económica
aminora el margen de oposición del PP, obligado por la presión interna y externa
a votar con Sánchez, quien afianza la vía Cs-PNV y neutraliza el poder de ERC y
Podemos, sus actuales valedores. Pero, a su vez, pactar no va a ser tarea fácil
a causa del avispero en que está metido el Ejecutivo, apoyado hasta ahora por
un variopinto grupo de opciones ideológicas, muchas de ellas contradictorias
entre sí. Ya de entrada, la posibilidad de pactar los Presupuestos (verdadera
prueba de fuego para el Gobierno de coalición) con Ciudadanos, aprovechando la
debilidad de su socio Iglesias por el “caso Dina”, divide al Ejecutivo, pero
también genera dudas a los naranjas, quienes suavizan sus planes fiscales e
incluso parecen estar dispuestos a aceptar la mesa con Cataluña. De un lado, la
Ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, proclama que “los
empresarios deben ser un pilar en la reconstrucción tras la crisis” (dando
protagonismo empresarial, lo que pone de los nervios a los populistas); y de
otro lado Edmundo Bal, portavoz adjunto de Ciudadanos, manifiesta que “si el
Gobierno reúne la mesa de la vergüenza, será difícil seguir negociando”, que
“el PP se tiene que sentar para hablar de los Presupuestos; esa es la
responsabilidad de un partido de estado que ha gobernado España” y que “la
gestión del Ejecutivo ha sido muy mala, pero nosotros hicimos lo correcto al
pactar”. Imprescindible pactar, ya ven, pero no cualquier cosa, sino aquello
que vaya realmente a favor de superar la crisis, como ha sucedido con el
acuerdo para prorrogar los ERTEs hasta el 30 de septiembre, aceptando la
patronal in extremis el decreto del Gobierno. No en vano José Vicente de los
Mozos, Director Mundial de Fabricaciones y Presidente de Renault-España,
advertía que “si los ERTEs acaban en junio habrá 8 millones de parados” y
añadía que “no es hora de subir impuestos, hay que sacar al país adelante” y
que “hay que elaborar un plan de optimización del gasto público”. Tareas
contrarias al ideario podemita y todas ellas imposibles de conseguir sin
previos pactos entre los agentes sociales, económicos y políticos con el
Gobierno. Y todo ello cuando la quiebra de empresas se triplica tras el fin del
estado de alarma. Entretanto España da la espalda al carbón y cierra la mitad
de sus térmicas, pues siete de las quince centrales que dependen del
combustible fósil dejarán de funcionar al ser inviables por el mercado y por la
normativa europea. Por otro lado..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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