Basta echar un vistazo a
las hemerotecas para concluir que el uso y abuso de la “dedocracia” o nepotismo
dedocrático, es decir, el nombramiento a dedo o “trato de favor hacia
familiares o amigos, a los que se otorgan cargos o empleos públicos por el mero
hecho de serlo, sin tener en cuenta otros méritos”, es un endémico y despreciable
comportamiento político (cuando no ilegal y siempre poco ético) entre nuestros
gobernantes del signo ideológico o ámbito territorial que sea. Es bien fácil
encontrar noticias como, en junio de 2014: “escándalo mayúsculo en el Tribunal
de Cuentas: el 10% de su plantilla son familiares de altos cargos” (“el hermano
de Aznar, la esposa de Trillo….en la lista de parientes colocados”; “esposas,
cuñadas, primos carnales, hermanos, sobrinos, hijos, nueras, yernos y hasta
amigos de la infancia” forman parte de “la lista de supuestos enchufados”); como,
en marzo de 2017: “el gobierno cesa a la sobrina de Guindos enchufada en
Washington”; como, en septiembre de 2019; “hijos, hermanos, tíos…enchufismo en
el PSM” tras el escándalo del enchufe y posterior cese de la hermana de la
alcaldesa socialista de Móstoles; o como, octubre de 2019: “el PP denuncia el
enchufismo y la compra de votos del PSOE en Andalucía y le urge a dar ya
explicaciones”…… Son sólo unos cuantos ejemplos de la interminable lista de
casos de nepotismo democrático practicado por aquellos partidos cuando
gobiernan, ya sean PP, PSOE u otros evidenciando que el nepotismo democrático
es un mal sin ideología que todos denuncian cuando están en la oposición y
todos practican cuando gobiernan, haciendo gala de una hipocresía indecente que
los ciudadanos debiéramos recordar a la hora de ir a las urnas, aun a riesgo de
quedarnos sin opciones políticas dónde elegir, en vez de aplicarnos el viejo
refrán de “mal de muchos, consuelo de tontos” y rendirnos a la resignación.
Sánchez, actual gobernante y último jefe de la oposición, prometía en 2014 que
“el enchufismo y la endogamia van a acabar” ya que es necesario “descolonizar
todas las instituciones” y así “prestigiar la democracia”, mientras criticaba
la práctica de las “puertas giratorias” o movimientos de altos cargos entre el
sector público y el sector privado y viceversa pues “puede ser legal” pero la
política “tendría que ir dos pasos por delante de la legalidad y dar ejemplo”;
y en 2017 apostaba por crear “un nuevo partido socialista” diciendo “al PSOE le
vamos a dar la vuelta, lo vamos a renovar, vamos a hacer un nuevo Partido
Socialista” para que “prime la meritocracia y no el enchufismo”. Sin embargo
hoy, ya en el Gobierno, el “dedócrata” Sánchez, culmina, contra lo que
prometía, su larga lista de “enchufados” (casi cien y 30 de ellos denunciados)
troceando una Dirección General para fabricar a medida un puesto casi sin
competencias para su amigo de la infancia Iñaqui Carnicero, pues, según el
Gobierno, no había ningún funcionario capacitado para el cargo. A Sánchez, como
al resto de gobernantes, le viene muy bien que la Ley disponga que para los
puestos de Director General sean nombrados funcionarios de carrera con el nivel
requerido, salvo que se establezcan excepciones a esa norma por decretos
ministeriales que justifiquen esa decisión en puestos concretos. Es el
coladero, pues ya ven, la justificación es obvia: entre todos los funcionarios
del Cuerpo de Arquitectos de la Hacienda Pública no hay ninguno tan idóneo como
Carnicero, que no es funcionario pero sí el amigo del alma de Sánchez, para
ocupar la recientemente creada Dirección General. Y ahora además, desde el.......(sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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