Como era de esperar un
débil gobierno de coalición entre socialistas y comunistas-populistas,
minoritario en el Parlamento y sustentado en el respaldo de nacionalistas de
derechas o de izquierdas, secesionistas y abertzales, para sacar a duras penas
sus propuestas, no es el más adecuado para afrontar la gobernabilidad del
Estado y menos aún en momentos de galopante crisis sanitaria, social y económica,
necesitada, sí o sí, del apoyo de la UE, donde estos experimentos
gubernamentales social-comunistas son “rara avis”. Por ello ahora el Gobierno
de Sánchez se abre a “modular” el pacto PSOE-UP, elegido libremente por ellos,
para ganar apoyos y poder, entre otras cosas, aprobar unos Presupuestos, con el
visto bueno de Europa, que obviamente intentará que las ayudas y apoyos
financieros que España necesita estén a buen recaudo y alejados de despilfarros
y gastos demagógicos desorbitados respecto a los ingresos para reducir un
exagerado déficit cada vez menos asumible. En efecto, Sánchez, desbordado por
la crisis galopante, es consciente por fin de las debilidades de su Gobierno, y
lanza así un guiño al PP, advirtiendo a Podemos, su socio preferencial, de que
tendrá que adaptar su programa a las circunstancias para aprobar una cuentas
que no cuadran con las recetas del populismo-comunista, pues ya no se puede
seguir gobernando con los Presupuestos del popular Montoro, como ha sucedido hasta
ahora. Casado, por su parte, recoge el guante del Presidente a medias, pues
exige que se rompa la coalición y se busquen otras fórmulas de gobernabilidad
aunque se muestra dispuesto a alcanzar pactos sanitarios y económicos (como en
turismo o industria), mientras barones del PP le piden que negocie y busque
acuerdos a largo plazo con el Gobierno. Al final, superado el estado de alarma
y la situación de excepcionalidad, Sánchez se ve obligado a preparar la
alternativa a Iglesias para negociar los Presupuestos, asumiendo que necesitará
nuevos compañeros de viaje para salir airoso de las cuentas que, sin duda,
dictará la UE. Por su parte el PP, mientras debate el coste de un “no” en
asuntos económicos, asume que la UE le pedirá que apoye los Presupuestos y es
consciente de que Bruselas quiere un acuerdo en el que no esté Podemos…..y
Ciudadanos advierte de que es muy difícil aprobar las cuentas con los de
Iglesias. De entrada, populares y socialistas chocan frontalmente por el fondo
europeo, temiendo el Ejecutivo que la actitud del PP, apoyando un previsible
férreo control sobre el plan, perjudique a España. Por su parte los grandes
empresarios reclaman consenso a los políticos y piden estabilidad y seguridad jurídica,
aportando iniciativa frente a ideología en una cubre empresarial. Desde dicha
cumbre empresarial mandan un claro mensaje al Ejecutivo para relanzar el país a
base de mejor fiscalidad, estabilidad, acabar con el caos regulatorio y apostar
decididamente por el empleo; un clamor empresarial para exigir seguridad
jurídica, pues quienes han de invertir sus dineros no pueden depender de
caprichosas iniciativas demagógicas, ni de bandazos legislativos irresponsables
que pongan en riesgo sus fortunas, menos aun cuando..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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