Cuando ya estamos
controlando la epidemia del coronavirus y esperando que nuevos rebrotes no
vuelvan a hundirnos en el agujero de un nuevo confinamiento, nos toca afrontar
la pandemia económica, no vaya a ser que en vez de morirnos a causa del virus
fallezcamos de hambre y miseria. Pero salir de la galopante crisis económica en
la que estamos inmersos requiere de amplios consensos políticos, de un gobierno
sólido y fuerte, del apoyo imprescindible de la UE y de planteamientos realistas
y viables frente a demagogias populistas radicales que, en el mejor de los
casos (imaginen en el peor de los casos), sólo traen pan para hoy y hambruna para
mañana, como sucedió en los regímenes comunistas de la antigua URSS y como
sucede en aquellos lugares donde el neo-comunismo populista, rancio pero
disfrazado de modernidad, sigue gobernando. Pues bien, mientras el Partido
Popular Europeo, el grupo mayoritario en la UE, exige, como es lógico, duros
controles a España por las ayudas que tenga que prestar y, como es lógico, los populares
españoles se suman a la propuesta de su familia ideológica europea, la
izquierda española acusa por ello al PP de trabajar “contra España y Europa” en
Bruselas, mientras el Ministro Alberto Garzón saca a relucir sus recetas
comunistas como solución, manifestando “no he cambiado de opinión por ser
ministro: el comunismo sigue teniendo vigencia”, “hay que ver las
nacionalizaciones caso por caso”, “habrá que evaluar el impuesto a la banca,
que tiene una deuda patriótica con el país” y “tendremos que reducir el déficit
pero vía ingresos, no recortando gastos”. Ya ven, gastar y gastar más, en vez
de gastar menos y mejor, como si el dinero fuera infinito y no tuviéramos que
pedirlo o sacarlo vía impuestos a una ciudadanía económicamente maltrecha.
Mientras tanto el Gobierno de Sánchez, del que forma parte Garzón, lleva al
Presupuesto lo esencial de su pacto con Podemos, y mantiene las principales
subidas de impuestos a las empresas, aunque suavizará algunas medidas,
conociéndose que de momento, el Presidente renuncia a reestructurar el
Ejecutivo pues “sería ir a elecciones” y que agradece el “balón de oxígeno” de
Arrimadas ya que con los variopintos socios del gobierno de coalición
“paseábamos al borde del abismo”. Al efecto, como si se tratara del líder de la
oposición, Ciudadanos es recibido en Moncloa a bombo y platillo para aprobar
los PGE, mientras los socios del Gobierno ya recelan de los planes del
Presidente para el nuevo escenario post-Covid, en tanto que el Vicepresidente
Iglesias redacta un plan para nacionalizar (concepto sagrado del comunismo) las
residencias tras la polémica sobre la gestión de las mismas y llevará al
Congreso una proposición para “limitar” la gestión privada, una “expropiación”
con un coste de unos 10.000 millones para el Estado. Por su parte Garamendi,
presidente de la CEOE, explica el contenido de una cumbre de empresarios en la
que más de cien líderes de las principales empresas (generadoras de riqueza y
puestos de trabajo rentable en una economía de mercado frente a la economía
estatalizada de los regímenes comunistas) aportarán sus ideas para afrontar el
futuro, pues, según él, “estamos aquí para empujar la recuperación de España”;
y por su parte, Luis de Guindos, Vicepresidente del BCE, manifiesta que “el
Gobierno debe buscar el consenso con la oposición si se quiere salir de la
crisis” y añade: “espero que los países hayan entendido qué significa rescatar
a grandes empresas, sobre todo que se trata de una medida temporal”. Ya ven,
con las..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/).
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