martes, 31 de julio de 2018

SE ACABA EL PERIODO DE GRACIA

                        Es el ultimátum de Puigdemont a Sánchez desde Bruselas, avisándole de que “el periodo de gracia se acaba”, mientras le pide que “pase de las palabras a los hechos” en el tema del conflicto catalán, mientras Isabel Celaá, portavoz del Gobierno, manifiesta que “estamos encontrando reciprocidad en el diálogo con Torra”. Teniendo en cuenta que Torra es la marioneta de Puigdemont en la Generalitat, es difícil entender esta cuadratura del círculo, pues la reciprocidad de que habla Celaá no parece corresponderse con la verdad. Por otro lado, el Gobierno ofrece someter a referéndum el pacto que logre con la Generalitat, pues la Ministra de Política Territorial, Maritxell Batet, aboga por que los catalanes puedan votar en referéndum un acuerdo político cerrado como solución al conflicto en Cataluña, eso sí, siempre que ese pacto se consiga con un amplio consenso. Al final un verdadero galimatías que genera más confusión y desconfianza que otra cosa. Que un gobierno apoyado sólo por 84 diputados en el Congreso apele a un amplio consenso, cuando sabe que, de entrada, la mitad de la Cámara (Ciudadanos y PP) abogan por una rotunda oposición a los objetivos del secesionismo (tal como sucedía con el PSOE cuando estaba en la oposición a Rajoy), es sencillamente engañar a los españoles o pretender engañar a los independentistas quienes seguramente lo firmarán un acuerdo salvo que este garantice la posibilidad de llevar a cabo la ilegal autodeterminación de Cataluña. Y en asunto tan grave, no caben medias tintas, ni andarse con rodeos para ganar tiempo: o se está radicalmente contra el golpismo totalitario secesionista o se está claramente contra él; más aún cuando no se tiene una mayoría parlamentaria amplia que pudiera cambiar las reglas de juego para que los habitantes de un territorio español (que no sólo serían los del catalán) pudieran decidir, contra la mayoría del resto de españoles y por su cuenta, si convierten en independiente el mismo y deja de pertenecer a España. Entretanto, los CDR acosan a Llarena, obligándole a abandonar un restaurante al grito, entre otras cosas, de “el enemigo está en casa”, sin que pase absolutamente nada de nada, un acoso independentista al juez, mientras el Gobierno apuesta por que los catalanes voten para dar una salida al “procés”, mientras la inmensa mayoría de españoles espera que, en todo caso, no se les prive de la soberanía nacional que detentan como parte del pueblo español. Y, ante el rechazo de las pretensiones del Gobierno por parte del Congreso de los Diputados, añade Celaá que “el rechazo a la senda del déficit en el Congreso da la espalda a la ciudadanía…nosotros mantendremos el rumbo”…..con tan convincente argumento caben pocas discrepancias, la verdad queda en la minoría gubernamental. En fin, sin más comentarios. Y mientras el Constitucional tumba la.....(sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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