Sin duda alguna es cada
vez más preocupante la evolución del secesionismo catalán, eufórico desde la
toma de posesión de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, pues, si en su
día, un gobernante socialista, Zapatero, siendo candidato, le dio alas al
independentismo al afirmar en 2003 que apoyaría todo lo que decidiera el
Parlament (ese “todo” incluía obviamente todo, es decir, lo legal y lo ilegal)
con la desafortunada frase “apoyaré la reforma del Estatuto que apruebe el
Parlamento catalán” (y, claro, pasó lo que pasó: un Estatut inconstitucional,
utilizado demagógicamente por el soberanismo, tras ser anulado por el TC, como
agravio de España al pueblo catalán), si entones ya hubo este precedente con
otro líder socialista, ahora deben presumir que Sánchez hará algo parecido,
sabiendo que sin el apoyo explícito del independentismo no habría conseguido
ser Presidente del Gobierno. Y es que Sánchez, en plena operación del traslado
de presos del “procés” a Cataluña, que algunos consideran como parte del pago
del apoyo secesionista a Sánchez, ofrece a Torra (el “Le Pen español” según él
hace cuatro días) “libertad para hablar” de la independencia, garantizando a
ERC un “diálogo sin cortapisas” para ganarse su apoyo (como así ha sido) en el
control de RTVE por decreto. Esperemos que Sánchez no meta la pata, como hizo
Zapatero, pues eso de dialogar, que queda muy bien como gesto y es muy sano
como talante, cuando se gobierna requiere compromisos firmes y acuerdos, es
decir, requiere “cortapisas” ya que hay líneas rojas que un gobernante jamás
debe ni puede rebasar en democracia. De momento, Torra le arranca el compromiso
de abrir el diálogo sobre el inexistente derecho de autodeterminación en
Moncloa (Rajoy negaba negociar sobre ilegalidades y asuntos no contemplados en
la Constitución), donde se reunirá con Sánchez el día nueve, mientras se
negocia 6.000 millones y la “absolución” de Companys (política de gestos) estando
convencido el Presidente de Gobierno de hacerle “una oferta que no van a poder
rechazar” (un amplio paquete de inversiones y retirada de recursos sobre leyes
de la Generalitat) con el objetivo (a mi juicio, ilusorio) de que el President aparque la petición de
autodeterminación, incluida en su primer borrador. La realidad es que, de
momento, el President de la Generalitat redobla el pulso y dice que sólo
hablará en Moncloa de la autodeterminación y que pedirá “culminar la
independencia”, mientras el Parlament, contra el criterio de sus propios
servicios jurídicos, se reafirma en la resolución fundacional del “procés” y la
declaración de independencia del 9-N, que ya fue anulada por el Constitucional.
Y, entretanto, los políticos presos, que no “presos políticos”, son recibidos
con honores en las cárceles catalanas, plagadas de lazos amarillos (colocados
por los CDR o Comités de Defensa de la República), y..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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