lunes, 9 de julio de 2018

REUNIÓN SÁNCHEZ-TORRA EN MONCLOA

                        Con la reunión de hoy en Moncloa de Torra con Sánchez llega la hora de la verdad, la hora de conocer si estamos en el terreno de la palabrería o de los hechos. Como no podría ser de otra forma, el Gobierno ha tenido que llevar previamente al Constitucional la moción del Parlament, con lo que Sánchez, al igual que Rajoy, reabre la batalla jurídica contra la vía unilateral del “procés” en vísperas de la cita con el President catalán. Sin embargo, apurando al límite los márgenes de lo tolerable o intentando una ilusoria rendición de los golpistas (los totalitarios no suelen rendirse y, a lo sumo, aparcan sus estrategias), el Gobierno de Sánchez, aclara antes de reunirse con el “Le Pen español” (así le calificaba hace bien poco cuando estaba en la oposición) que “la legalidad irá por un lado y la política, por otro”, lo que no se entiende muy bien, pues, entre gobernantes, como es el caso, la política ha de hacerse siempre dentro del marco legal. Bien pues la impugnación de la declaración del Parlament que reivindica la vigencia ilegal del 9-N, pero lo demás o es postureo innecesario o meras elucubraciones mentales inconvenientes. Menos mal que, al menos, Carmen Calvo, la Vicepresidenta del Gobierno deja claro lo siguiente: “con la Constitución no hay más margen que su cumplimiento”, “le diremos a Torra que Cataluña es una gran región con una altísima autonomía” y que sobre indultos “si hay condenas en el juicio por el procés las aceptaremos y punto”, añadiendo de paso que “la alternativa a este Gobierno es el PP” y que “Ciudadanos se ha escorado a la derecha”. Obviamente, impedir que el Parlament o que el Govern (al igual que el resto de Cámaras o gobiernos territoriales) se salten la legalidad democrática vigente no es, como algunos dicen, judicializar la política sino, sencillamente, aplicar justicia como se hace contra cualquier otro delincuente. Y, mientras Junqueras pide en la cárcel catalana “una Biblia en catalán” (en castellano sería repugnante, digo yo), Sánchez y Torra exploran los límites del diálogo en Cataluña que, como todo el mundo sabe, están en la Constitución, por más que cada uno quiera vender el asunto de la forma más rentable para sus intereses. En la Agenda de Torra, según el documento de folio y medio que previamente ha enviado a Moncloa para negociar, pide, entre otras cosas, “abordar la autodeterminación en los tratados internacionales”, “la actuación de jueces y fiscales” y la “existencia de exiliados”, aunque el punto más extenso se refiere al Valle de los Caídos, a los “privilegios” de la familia del dictador y a los “títulos nobiliarios”. Mientras tanto, para algunos, esta especie de distensión con Madrid abre fisuras en el independentismo, ya que solo la solidaridad con los políticos presos y el poder de la Generalitat cohesionan a un bloque dividido entre inmovilistas y pragmáticos; para otros, como Inés Arrimadas..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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