jueves, 12 de julio de 2018

NI TANTO, NI TAN CALVO

                        Bien se podría aplicar el dicho “ni tanto, ni tan calvo” a la sorprendente propuesta de la Vicepresidenta Carmen Calvo de que sea delito cualquier acto sexual sin un “sí explícito” y expreso por parte de la mujer, desconcertando a los juristas con semejante propuesta para poder demostrar judicialmente el delito de violación con el objetivo de que los tipos penales en el Código Penal no dependan de la interpretación subjetiva de los jueces. Ni es la primera vez, ni será la última, en que muchos, entre ellos yo, apostamos por una mayor claridad y precisión a la hora de definir los delitos en el Código Penal para limitar, que no eliminar, el excesivo papel interpretativo de los jueces, pero concluir por ello que en las relaciones sexuales no baste decir “no” para considerarlo delito o abuso y haya que expresar además un “sí explícito” para no considerarlo como tal me parece una estupidez supina….ni tanto, como dejar las cosas como están, ni tan calvo, como pretende la Vicepresidenta, como exigir un plus absurdo de consentimiento, teniendo en cuenta además que al tratarse de actos practicados en la intimidad es prácticamente imposible demostrar ese “sí”, salvo que haya constancia por escrito o con testigos de tal extremo. Sería ridículo y estúpido que, iniciados los pertinentes prolegómenos amorosos (caricias, besos, tocamientos….) por parte de una pareja, el hombre, en este caso, tuviera que pedirle a su amante un previo “sí explícito” para no correr futuros riesgos de ser considerado un violador o un abusador sexual, cuando el “no” (muchas veces incluso difícil de demostrar en un tribunal al tratarse de un hecho íntimo) es suficiente para investigarlo como tal sin necesidad de expresar un previo “sí” para consumar el acto sexual, en su inmensa mayoría dado de forma natural. Ni tanto, ni tan calvo, pues que la ministra Calvo proponga que si no hay un “sí explícito” existe agresión sexual es una total “barbaridad”, tal como dicen los expertos y va en contra de la propia naturaleza de las personas. Pero no contento con esta absurda propuesta, el Gobierno de Sánchez, alineado con los movimientos feministas radicales, da un paso más y encarga a la RAE un informe para feminizar la Constitución pidiéndole un lenguaje inclusivo para que la Carta Magna sea de “españoles y españolas” y de “trabajadores y trabajadoras”, aunque la Academia, con buen criterio, rechaza este lenguaje inclusivo, pues las lenguas como resultado evolutivo de procesos seculares de las distintas comunidades humanas, ni pueden ni deben modificarse por decreto, pues iría en contra de la propia tendencia natural de las colectividades parlantes correspondientes. Ni tanto, ni tan calvo pues este ridículo proceso, iniciado con el famoso “miembros y miembras” de la inolvidable ministra Bibiana Aído, pues una cosa es.... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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