Y no es para menos,
cualquiera perdería la fe y la paciencia, ante la tozuda e insólita decisión
del tribunal territorial alemán de
Schleswig-Holstein de impedir la entrega de Puigdemont para que sea
juzgado en España por el delito de rebelión y, obviamente, Llarena, con toda la
razón del mundo, pierde la fe en la UE y rechaza la entrega del ex president
catalán para ser juzgado sólo por malversación, retirando la absurda euroorden,
que no vale para nada, contra todos los fugados, quienes, a partir de ahora,
podrán circular por toda Europa, excepto por España, dejándoles en fuga
permanente. Cargado de razón, el juez del Supremo acusa además en su auto a
Alemania de “juzgar” a Puigdemont sin pruebas (en la práctica le exonera del
delito de sedición o rebelión que la Justicia Española pretende demostrar a
tenor de todas las pruebas recabadas durante la instrucción) al denegar
insólitamente el citado tribunal territorial alemán la autorización para
juzgarle en España, contraviniendo así las pretensiones de todo un Tribunal
Supremo de España, con lo que “de facto” los jueces de Schleswig-Holstein entran
en el fondo del asunto sin tener prueba alguna. Un despropósito de la Justicia
en la UE, se mire por donde se mire, que zarandea el principio de confianza
entre sus Estados miembros, supuestamente todos ellos garantes de una justicia
respetuosa con los derechos humanos y de procedimientos judiciales acordes a
todos los derechos de defensa de los procesados. Mientras tanto, un Puigdemont
cada vez más crecido, bloquea al Parlament negándose a ser sustituido, como el
resto de fugados, que han sido inhabilitados como diputados por la Justicia,
pretendiendo ser el único en mantener su escaño, a lo que por fin ERC se niega
por mera decencia política, tras
soportar carros y carretas de semejante individuo, quien, como buen
dictador busca tener un trato diferenciado al resto de los mortales y pretende
extender la línea dura al grupo del PDeCat en Madrid. Su último caprichito de
cumplir sólo en parte el auto de Llarena y suspender a todos los diputados
procesados menos a él, provoca que el golpismo secesionista se líe a
garrotazos, unos contra otros, mientras Hacienda lanza un guiño a Cataluña y
estudia asumir 4.500 millones de su deuda, en buena parte a causa del
despilfarro independentista. Y ante tan caótica situación, Torrent paraliza el
Parlament hasta después del verano por los continuos enfrentamientos entre ERC
y PDeCat (al fin y al cabo los Parlamentos sirven a los dictadores sólo cuando
se pliegan a sus caprichos). Y mientras se conoce que los Mossos pactaron con
el Govern la retirada de las urnas del 1-O (según conversaciones telefónicas,
simulaban que se requisaban, cuando eran retiradas), Marta Pascal renuncia a..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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