martes, 14 de noviembre de 2017

PSC, DE USAR Y TIRAR


                        Antes o después los ciudadanos españoles, incluidos los catalanes, deberían pedir responsabilidades en las urnas a aquellos partidos políticos que frívolamente han jugado con el esperpéntico “procés” independentista sin oponerse con rotundidad a su antidemocrático desarrollo hasta llevar a Cataluña al borde del abismo y a España al borde del descrédito internacional como país. En efecto, entre quienes crearon irresponsablemente el totalitario “procés” (máximos y casi únicos responsables del desaguisado y de los descomunales daños causados) y quienes lo rechazaron contundentemente desde el principio (sólo responsables en la medida de sus posibilidades de no haber actuado antes y mejor para atajarlo) se han dado determinadas posiciones más o  menos ambiguas que, en definitiva, han generado confusiones e incertidumbres en la ciudadanía, que podrían haberse evitado sin lugar a dudas, hasta que al final la realidad y la temeridad de los soberanistas totalitarios, proclamando ilegítima e ilegalmente la república catalana, ha puesto a cada uno en su lugar al no caber ya más términos medios: o estás a favor de la democracia y de la legalidad o a favor del totalitarismo y de la ilegalidad. Y así las cosas quedan finalmente ubicados en el primer grupo, para que nadie tenga dudas y obre en consecuencia, Ciudadanos, PP y PSOE (partidos de ámbito nacional español), mientras en el segundo grupo estarían ERC, PDeCAT y la CUP (partidos de ámbito territorial catalán), quedando Unidos-Podemos y su conglomerado ideológico-territorial ubicado definitivamente en este segundo grupo desde el momento en que Pablo Iglesias liquidara Podem-Catalunya para entregárselo a Ada Colau y ésta se decantara inmediatamente sin disimulo alguno por las tesis soberanistas, algo que, salvo los necios, ya veían venir desde el principio. Es más, su cinismo demagógico llega al extremo de considerar al PSC como un instrumento de usar y tirar, rompiendo el pacto de gobierno en Barcelona con los socialistas catalanes, sin importarle dejar a la ciudad al borde de la parálisis y con el único objetivo de hacer pagar al PSC (y de paso al PSOE, que lo consiente), tras haberlo usado como tonto útil para gobernar el Ayuntamiento, sus ambigüedades calculadas respecto al independentismo (inicial rechazo al 155, la España plurinacional, el famoso diálogo, la solución política y no judicial…., entre otras perlas por el estilo) y, al efecto, la populista alcaldesa sacrifica Barcelona para captar el voto independentista, rompiendo su pacto con el PSC en víspera de la campaña y condena a la capital al desgobierno para el resto de legislatura, mientras se prepara para un pacto con los soberanistas tras el 21-D, sabiéndose clave para determinar si la Generalitat sigue en manos de los independentistas o no. Ya no cabe ninguna duda de ello, salvo que los votantes de Cataluña dieran un estrepitoso vuelco en las urnas, hoy por hoy poco probable. No estaría de más que el PSOE hiciera una... (sigue leyendo en

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