De “burda patraña” ha
calificado Moncloa la acusación de Marta Rovira, la nueva lideresa de ERC, de
que el Estado y su Gobierno “amenazó con muertos en las calles” si no se paraba
el “procés”, y me temo que Moncloa ha sido demasiado benevolente en la
calificación, al ser bastante más ajustado a la realidad el calificativo de
“tendenciosa calumnia” si hacemos uso de una mayor precisión en el lenguaje. En
efecto, la indecente e intolerable acusación de Rovira excede los términos
“burda” (“que está hecha con poco cuidado o delicadeza y resulta mal terminada,
imperfecta o tosca”) y “patraña” (“mentira o falsedad grande o complicada que
se dice o se cuenta a alguien”) y se aproxima más bien, juzguen ustedes, a los
términos “tendenciosa” (“que muestra parcialidad y manifiesta o implica
tendencia hacia un fin determinado”) y “calumnia” (“acusación o imputación
falsa hecha contra alguien con la intención de causarle daño o perjudicarle”).
Es hora pues, ante los graves ataques que sufre nuestro Estado de Derecho, de
llamar a las cosas por su nombre, sin gratuitas benevolencias, si queremos
afrontar el futuro democrático de España, incluida Cataluña, con cierta
esperanza y, para ello, hay que exigir siempre las más altas cotas de
responsabilidad a nuestros políticos, tanto en sus hechos como en sus
declaraciones, por lo que Marta Rovira debe demostrar la veracidad de su grave
acusación con pruebas fehacientes o desmentirlas inmediatamente. Como
ciudadanos se lo debiéramos exigir todos, al margen de la ideología que cada
uno tengamos, y los partidos políticos, al margen de sus programas y
expectativas, debieran hacer lo propio unánimemente. Sin embargo,
lamentablemente, la grave acusación de Marta, con la que inicia su radical campaña
electoral, sólo ha indignado, aunque no es poco, al Gobierno y al PP, al PSOE y
a Ciudadanos, mientras que Unidos-Podemos guarda un cómplice silencio como el
resto de partidos nacionalistas. Dice Pedro Sánchez sobre Marta Rovira que “es
falso lo que dice y lo sabe”, Albert Rivera añade que “cuando parecía que no
podían caer más bajo”, llega Marta Rovira para “mentir y hacer victimismo”,
mientras que Pablo Iglesias hace mutis por el foro, pues, no en vano, ya
acusaba en septiembre al Gobierno, tan gratuita y malévolamente como ahora hace
Marta, de buscar “heridos” y “escenarios prebélicos” sin aportar prueba alguna
al respecto. No basta pues con desenmascarar los indecentes bulos de semejantes
personajes con el objetivo de poner en graves dificultades al Estado de Derecho
y a su pertinente Gobierno democrático para favorecer sus objetivos
totalitarios, se requiere además exigirles políticamente que demuestren
fehacientemente la veracidad de sus irresponsables acusaciones, incluso por vía
judicial si fuese viable y preciso, para que la ciudadanía entienda que en
política no todo vale. Si Marta tiene pruebas de que el Estado amenazó al
Govern con poner muertos en las calles, que.... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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