Mientras las
instituciones catalanas funcionan con total normalidad tras la aplicación del
artículo 155 de la Constitución y el pertinente cese del Govern, dirigido por
Puigdemont, así como el cierre del Parlament por la convocatoria de elecciones
autonómicas para diciembre por parte de Rajoy, tanto el Parlament como el
cesado Govern acatan la aplicación constitucional del 155, con mayor o menor
agrado, así como los partidos secesionistas, ERC y PDeCAT, que concurrirán a
dichas elecciones, en principio cuestionadas por ellos, al igual que la CUP que
incluso había declarado que no las consideraban legítimas y por tanto no
concurrirían a las mismas. Así, como no podía ser de otra manera, el
separatismo se pliega a la nueva situación, mientras el Ministerio de Interior
anuncia que empezará a equiparar los sueldos de la Policía Nacional y la
Guardia Civil con la de los Mossos en los PGE de 2018, el nuevo jefe de la
policía autónoma se pone a las órdenes de Zoido e Interior mantendrá el
despliegue policial especial de seguridad hasta el 21-D. Normalidad
político-institucional que reconducen a la Generalitat a la senda democrática y
que, de entrada, aporta efectos positivos sin lugar a dudas, no sólo políticos
sino económicos, al extremo de que la Bolsa se dispara tras la citada
convocatoria electoral, liderando la subida del IBEX las empresas que
trasladaron su sede fuera de Cataluña por el caos anterior y conteniendo la
hemorragia de la huida de empresas, que, como Freixenet no dejará, en este
caso, Sant Sadurní d´Anoia por la “tranquilidad” que supone la nueva situación
en Cataluña tras la aplicación del 155 y el restablecimiento de la Democracia.
Sin duda alguna un giro económico esperanzador para reconducir el desastre
económico de Cataluña, propiciado por las irresponsabilidades del Govern
soberanista de Puigdemont, propiciando, entre otras cosas, que la economía
madrileña “se disparará” por la llegada de empresas de Cataluña en detrimento
de esta comunidad, aunque, a pesar de la crisis catalana, no ha impedido que en
España el PIB haya crecido un 0´8% pese a las incertidumbres generadas por los
independentistas, que, restaurada o no la normalidad, no pueden ni deben quedar
sin asumir sus responsabilidades no sólo políticas, ya asumidas con su cese,
sino civiles o penales, ante el innegable daño causado a todos los españoles y,
entre ellos, muy especialmente a todos los catalanes. Y, lamentablemente, el
cesado Govern de Puigdemont, a diferencia de la Mesa del Parlament (colaborador
necesario para materializar sus fechorías) con Forcadell a la cabeza ha optado
por una desbandada, dirigida por el President cesado, evidenciando una.... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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