miércoles, 8 de enero de 2020

TORMENTOSA INVESTIDURA

                        Se acaba de celebrar una insólita y tormentosa investidura que (¡ojala yo me equivoque!) no presagia nada bueno ya que la legislatura que con ella se inicia puede ser muy turbulenta y efímera a tenor de lo declarado por quienes, mediante chantajes casi imposibles de cumplir, han decidido aupar por la mínima a Sánchez con claras advertencias de que, salvo que se salgan con la suya, finiquitarán la gobernabilidad a la primera de cambio. En efecto, la imprescindible abstención de ERC y Bildu (¡menudos apoyos para andar tranquillos!) para que la investidura sea exitosa en segunda votación no deja lugar a dudas al dejar Rufián bien claro que ERC sólo negociará “autodeterminación y amnistía” (dos ilegalidades que el Gobierno no podrá negociar al no depender de sus competencias) y advertir de que apoya la investidura pero no la legislatura, manifestando “sin mesa de diálogo no hay legislatura, ya lo hemos hecho antes”; mientras Mertxe Aizpurúa, la portavoz de Bildu, tras tachar al Rey de “antidemocrático” y “autoritario”, le recordaba a Sánchez que está en sus manos, y éste eludía en la réplica hacer la mínima critica a los ataques de la abertzale al Jefe del Estado, provocando un escándalo mayúsculo en las bancadas de la derecha con gritos de “vergüenza” y “asesinos”; Casado se encaraba con Sánchez, Abascal se ausentaba y Suárez Illana, desde la Mesa del Congreso, daba la espalda durante toda la intervención de la portavoz de Bildu, condenada en su día por enaltecimiento del terrorismo cuando entrevistaba a etarras y trabajaba en GARA. Y mientras Sánchez manifestaba que “hay que retomar la política y dejar atrás la deriva judicial” (no sabemos en qué consiste abandonar la deriva judicial: ¿en no acudir a los tribunales ante presuntas ilegalidades? ¿en no someterse a las sentencias dictadas por éstos?... ¿en qué?) Casado le advertía “estaremos en las calles y tribunales; no habrá recurso que no usemos” y lamentaba que “España se queda sin socialismo constitucional”, mientras Arrimadas, para evitar la pírrica victoria de la investidura pedía “valientes en el PSOE”, en tanto que Iglesias, en su viejo y original estilo 15-M de cuando no pertenecía a la casta y vivía en Vallecas, tildaba a la oposición de tener “origen totalitario”, avisaba a los “brazos mediáticos” y a los “togados reaccionarios” y pontificaba con un “señores de la ultraderecha, antes que españoles, son reaccionarios”. Entretanto la diputada popular Teresa Jiménez Becerril decía sobre Sánchez en una entrevista que “es una infamia que se apoye en partidos cuyo líder es un terrorista”, y el hijo del socialista Múgica, asesinado por ETA, manifestaba por carta “que pretenda alcanzar la investidura con Bildu me produce una náusea infinita”. Obviamente, los titulares de la prensa no dejaban lugar a dudas: “Sánchez defiende su pacto frente a los duros ataques de Casado”, “el PSOE liquida la socialdemocracia”, “el gobierno de Sánchez declara enemigos a jueces y medios críticos”, “investidura al abismo”, “Sánchez encara la votación decisiva con una mayoría mínima”, “Sánchez calla ante las ofensas de Bildu a España y al Rey”, “Bildu insulta al Rey y Sánchez lo acoge en su coalición de progreso”, “Bildu, con la venia de Sánchez”… En fin, unas sesiones de investidura demasiado..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/).

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