domingo, 12 de enero de 2020

INHABILITADOS

                        Como no podía ser de otra forma, si nos atenemos al sentido común y a las reglas democráticas, el Tribunal Supremo falla sobre el asunto Junqueras y comunica a la Eurocámara que está inhabilitado, por tener condena firme, y que, por tanto se le retire la inmunidad ya que no puede ser eurodiputado; y el Parlamento Europeo respalda al Alto Tribunal español y suspende al líder de ERC retirándole el acta parlamentaria. Asimismo el TS pide a la Eurocámara el pertinente suplicatorio para que Puigdemont y Comín, fugados de la Justicia, puedan ser procesados por delitos similares a los que han llevado a Junqueras, entre otros, a la cárcel. Por otro lado la Junta Electoral despoja a Torra de su escaño en el Parlament pero Torrent, su presidente, desobedeciendo a la Junta, lo ratifica, plantándose ambos ante el Supremo tras decidir éste rechazar por unanimidad la suspensión del acuerdo de la JEC por el que se le retiró su credencial parlamentaria, mientras que la Junta Provincial de Barcelona, tal como procede en estos casos, declara vacante su escaño y se lo otorga al siguiente de la lista de JxCat, Ferrán Mascarell. Es la estricta aplicación de la legalidad y punto, guste a quien guste y pese a quien pese; ni es politización de la Justicia, ni judicialización de la Política, por más que algunos lo pretendan. La Justicia en democracia no se politiza, ni la Política se judicializa, pues acudir a los tribunales cuando se presume la comisión de un delito no es politizarla, para eso están…y también para que, agotados los recursos pertinentes durante el procedimiento, se acaten las sentencias firmes y sus resoluciones. En este caso, el Tribunal Supremo carga contra el Gobierno por haber pretendido sorprendentemente favorecer a Junqueras, arremetiendo Marchena contra el escrito de la Abogacía del Estado, que despejó el apoyo de ERC a Sánchez, con el sencillo argumento de que “la Sala no puede aceptar lo que la ley no permite aceptar”, es así de sencillo de explicar y de entender. Si la decisión del TS complica el insólito pacto PSOE-ERC, o Sánchez-Junqueras (como prefieran), el problema no está en el Alto Tribunal sino en quienes pretenden, por conveniencias políticas, forzar resoluciones inadecuadas e improcedentes con el código penal en la mano, cuando saben que no se ajustan ni al sentido común ni a lo legislado. Si ERC exige a Moncloa la amnistía para su líder preso, finiquitar los juicios contra el procés o el ilegal referéndum de autodeterminación a cambio de mantener su apoyo, es problema de los firmantes de un inadecuado acuerdo a sabiendas de que lo firmado no es viable con la legalidad vigente en la mano por la sencilla razón de que carecen de competencias para llevarlo a cabo y, además, ni siquiera tienen suficiente fuerza parlamentaria para cambiar la ley y posibilitar lo acordado. Que un día después de apoyar la investidura ERC presiones al Ejecutivo con amnistía y referéndum o bloqueo, y registren doscientas preguntas en el Congreso para que el Gobierno se pronuncie sobre los inexistentes “presos políticos”, es una farsa que Sánchez debiera despejar inequívocamente lo antes posible y si alguno de sus ministros sigue hablando de “presos políticos” (como hace el cogobernante Podemos), cuando son políticos presos, el nuevo Ejecutivo tiene un grave problema. El varapalo del Supremo (y los que vendrán) a Junqueras y a las pretensiones del Ejecutivo por vía Abogacía del Estado, no es tal, sino la consecuencia lógica de la aplicación de la legalidad vigente que ambas partes conocen sobradamente. Que el PP o cualquier otro partido anuncie.... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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