Se publica que Iván
Redondo, el gurú de Sánchez con quien habla hasta ocho veces al día, impregnó
en la exitosa campaña electoral socialista el mantra de “divertirse y
desconectar” volviendo a demostrar que su teoría de “ganar y ganar” sigue en
alza….y, obviamente, mientras se gana siempre tiene razón. Justo todo lo
contrario de lo que le pasa al PP de Casado tras su debacle electoral, buscando
ahora, como le sucediera al PSOE de Sánchez tras sus consecutivas debacles
electorales de 2015 y 2016, la fórmula más adecuada para intentar remontar,
como ha hecho el PSOE, de su peor suelo electoral, lo que, en principio, no es
una tarea imposible cuando se parte de semejante abismo ya que, de no
conseguirlo, la consecuencia puede llegar a ser la desaparición del partido o
su supervivencia como mera opción política testimonial. De entrada, al igual
que hizo Sánchez en su día en el PSOE en pleno fracaso electoral y con el
partido dividido y enfrentado, Casado se reivindica como líder de un PP roto y
como líder de la oposición al gobierno socialista, que es donde le han situado
los votantes, aunque, como en su día hizo Podemos durante el gobierno popular,
Ciudadanos le esté pisando los talones y reivindique semejante estatus. Sin
duda hay una cierta simetría entre la trayectoria de Sánchez y Casado, entre la
del PSOE y del PP, en su obligada renovación, veremos si para bien o para mal,
que marcará definitivamente el futuro de sendos partidos y de nuestra
democracia, dado que, hasta la fecha, han sido los principales protagonistas de
nuestra convivencia en paz y libertad. De entrada, Casado modera su discurso
para intentar retener el control del PP (Sánchez radicalizó el suyo para
mantener el control del PSOE) y centrará la inminente campaña de europeas,
autonómicas y municipales del 26-M en reivindicar la gestión local, cediendo
protagonismo a sus alcaldes ante su “crisis reputacional”, por lo que Génova
permitirá que potencien su imagen ante el deterioro de las siglas, que achaca a
Rajoy, confiando en la implantación de sus candidatos, a quienes permitirá que
eviten las siglas del partido si fuese necesario. Y, como sucediera con Susana,
el baluarte socialista territorial con Sánchez en la oposición, Feijóo,
baluarte territorial del PP, carga contra el equipo de Casado y exige no culpar
a Rajoy (a quien reprochan que la caída electoral comenzó durante su gobierno),
asegurando que ha habido “errores de estrategia” por dejar el centro político,
acordando, no obstante, reunirse para dar una imagen de unidad y cerrar filas
para remontar el 26-M. Al final, Casado y Feijóo reconocen errores; Casado dice
que ha captado el mensaje de las urnas, y Feijóo reclama un partido centrado,
marcándole el rumbo de un PP “con espíritu ganador”, manifestando que “es hora
de remontar…se acabaron el duelo, la decepción o la derrota” y reivindicando
que “debemos volver a unirnos; este partido es amplio y en él no cabe el
pensamiento único e intransigente”, mientras los críticos del PP censuran la
“excesiva” influencia que ha tenido Faes sobre Casado, quien, coincidiendo
durante la recepción del 2 de mayo en Madrid con Garrido (a quien ni saluda)
tras su sonada fuga a Ciudadanos, se reivindica como líder de la oposición y
acusa a Rivera de acoger “tránsfugas” y critica a la “derecha radical” pese a
la amenaza de Vox de romper el acuerdo en Andalucía. Al final, el giro popular
sobre...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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