Destacan algunos medios
que Pedro Sánchez se salta al Rey con sus primeras consultas en La Moncloa y
que algunos juristas le afean que con su atípica ronda “debilite” al Jefe del
Estado, cuya ronda de consultas con los líderes de los distintos partidos
políticos, incluido Sánchez, que tendría que celebrarse el próximo día 22,
queda aplazada para no interferir en la campaña de europeas, autonómicas y
locales. Y además Sánchez, que desde la oposición exigió a Rajoy que los
contactos se celebrasen en el Congreso de los Diputados y no en Moncloa, dada
su situación de Presidente en funciones y sólo en calidad de líder del partido
más votado (entonces el PP con 137 escaños), decide celebrar su atípica ronda
precisamente en la Sede del Gobierno, sin que nadie le rechiste, suponiendo que
lo hará también no como Presidente de Gobierno en funciones, igual que entonces
era Rajoy, sino en calidad de ser el líder del partido más votado (contando el
PSOE ahora con 123 escaños). En fin, al margen de polémicas más o menos
justificadas, nadie debiera sorprenderse de estas habituales incoherencias del
líder socialista, dada su personalidad descarada, imprudente y temeraria, con
la que acometió en su día el liderazgo del PSOE apelando a las bases y frente a
los órganos de dirección del partido para, una vez conseguido, dejar las
estructuras como estaban, o con su gobierno tras la investidura con la moción
de censura para, una vez investido como Presidente, usar de forma arbitraria y
en beneficio propio, aunque a gobiernos anteriores se lo criticara cuando lo
intentaban, todos los resortes y triquiñuelas legales que se ponen a
disposición del gobernante, como, por ejemplo, gobernar sistemáticamente con decretos
leyes si no tengo mayoría en la Cámara Legislativa. Si de todo esto ha sido
capaz Sánchez cuando sólo contaba con el apoyo expreso de 84 diputados y venía
de tener dos estrepitosas derrotas electorales consecutivas (algo insólito en
nuestra Democracia), cabe preguntarse de qué no será capaz ahora cuando cuenta
con 123 escaños, que tampoco es para tirar cohetes, y viene de ser el partido
más votado en las elecciones generales. Por tanto, que obligara a Rajoy a
celebrar su ronda de contactos en el Congreso, para celebrarlas él ahora antes
que la ronda del Rey y en La Moncloa, es “pecatta minuta”, sólo atribuible a su
capacidad de distorsionar la realidad según si gobierna él o lo hacen otros, no
dependiendo tales incoherencias de la bondad o maldad de los hechos: simplemente
ni es bueno ni malo, ni conveniente o no para nuestra democracia, que, por
ejemplo, las rondas de contactos postelectorales se celebren en Moncloa o en el
Congreso….. si las celebra Sánchez son buenas y convenientes, si las celebra
otro gobernante y él está en la oposición son malas e inconvenientes. Así de
fácil de entender y punto. Por tanto con tan convincentes argumentos, cabe
comprender muchas cosas inmediatamente como, por ejemplo, los decretazos-ley,
la reforma laboral, el empleo precario y temporal, el déficit…..y tantas y
tantas otras cuestiones que, de la noche a la mañana, han pasado por arte de
magia a ser buenas o malas simplemente con el cambio de gobierno. Donde dije
digo, digo Diego, es la práctica habitual de nuestro Presidente en funciones,
famoso ya por sus incoherencias manifiestas y sus rectificaciones de bulto para
acertar y sin el menor rubor o explicación a los ciudadanos. Al fin y al cabo,
Sánchez, que pretende..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/).
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