domingo, 19 de mayo de 2019

VETAR EL DIÁLOGO

                        Tras materializarse el anunciado veto de los secesionistas a Miquel Iceta en el Parlament para designarlo senador y facilitar así su ascenso a presidir el Senado, tal como pretendía Sánchez, éste acusa a los secesionistas de “vetar el diálogo” y de tener “miedo a las soluciones”, calificando el “no” a Iceta de “veto al diálogo y la convivencia”, mientras el vetado Iceta dice ahora que “el Gobierno no puede depender de los secesionistas”. Dado que los secesionistas totalitarios auparon al poder a Sánchez en la moción de censura, convirtiéndose en el principal soporte de su minoritario Gobierno y en protagonistas con él de un falso diálogo de cara a la galería hasta dejarle caer finalmente en los Presupuestos y obligarle a adelantar los comicios, cabe despejar la disyuntiva de por qué antes sí podía el Gobierno depender de los secesionistas y ahora no. En fin, un mínimo de seriedad en asunto tan peliagudo, pues, ni antes ni ahora, es saludable ni recomendable la dependencia del Ejecutivo de unos personajes que andan siendo procesados por presuntos delitos muy graves contra el Estado de Derecho. Por tanto, si a base de palos, que no de razonamientos y coherencias, el PSOE de Sánchez ha caído finalmente del burro y se coloca del lado inequívoco de los demócratas constitucionalistas, sin ambigüedades calculadas por intereses electoralistas y poniendo siempre el interés general por encima del particular, bienvenida sea la conversión de Sánchez e Iceta, pero si de lo que se trata es de utilizar el veto a Iceta para blanquear sus cesiones al separatismo, escenificando estratégicamente su distancia con los independentistas en plena campaña electoral por haber frustrado sus planes de colocar al Primer Secretario del PSC al frente del Senado, es que no tenemos arreglo. Lo cierto es que el “no” de ERC a Iceta pone en riesgo la investidura de Sánchez, que puede quedar en manos de Bildu o de una carambola con los presos electos del 1-O, aunque ERC, tras el veto a Iceta tiende la mano para investir a Sánchez, en tanto que el escaño de Junqueras puede ser decisivo para la investidura (los presos electos tomarán posesión como parlamentarios pero serán suspendidos inmediatamente después por su situación judicial y todo dependerá de si sus escaños quedan vacantes o se sustituyen).  Mientras tanto, Sánchez redobla su apuesta catalana proponiendo para presidir el Congreso a la ministra catalana Meritxel Batet y para presidir el Senado al filósofo barcelonés federalista Manuel Cruz, ambos del PSC, impulsor de una Estado plurinacional y comprensivo con el independentismo, en tanto que Iglesias coloca en la Vicepresidencia al “número dos” de Colau, es decir, a Pisarello, afín al nacionalismo. Las Cortes quedan así gobernadas por destacados simpatizantes e impulsores de un Estado plurinacional federalista, todos ellos catalanes y comprensivos con el nacionalismo, que controlarán tanto el Congreso como el Senado en la legislatura que arranca. Y, para colmo, el Sánchez del “no es no”, que recolocará a Iceta como ministro, tras esta pintoresca e insólita propuesta de gobernanza del Legislativo de forma unilateral y sin negociación alguna, se permite, de cara a la galería, proponer a..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/). 

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