Dada la génesis peculiar
del actual Gobierno con tan escaso apoyo parlamentario y gracias al respaldo
coyuntural de un variopinto grupo de opciones políticas, ideológicamente
contrapuestas y mal avenidas, que hace imposible el más mínimo acuerdo
consistente para sacar adelante las propuestas del Ejecutivo, es obvio que
Pedro Sánchez, si quiere agotar lo que le queda de legislatura, tiene que hacer
malabarismos gubernamentales para mantenerse en el poder ya que, a la vista está,
gobernar a base de gestos, decretazos y guiños políticos no puede sostenerse
durante mucho tiempo. De entrada, el Gobierno se juega su futuro con la
inminente votación de seis decretos, cuya aprobación incierta depende
sustancialmente del conflicto catalán, que amenaza la agenda reformista de
Sánchez en el Parlamento. Por otro lado el Gobierno reconoce una desaceleración
general de la Economía (un informe admite el freno en cinco indicadores y en el
primer mes de este gobierno salieron de España 11.000 millones de euros),
mientras sus variopintos aliados le exigen aumentar el gasto (menos mal que, al
menos, Sánchez, a diferencia de Zapatero, sí reconoce la desaceleración…;
esperemos que, a diferencia de él, no mire hacia otro lado y no se dedique al
despilfarro irresponsable, causante luego en buena parte de las perversas
consecuencias económicas posteriores para la salida de la crisis). Y ante
tantas incertidumbres es obvio que cada vez haya más preocupación sobre el
futuro inmediato ya de cara a este “otoño caliente” que ya han anunciado los
secesionistas, al extremo de que, según NCReport, la mayoría de españoles exige
elecciones ya, pues más de la mitad cree que el Gobierno es permisivo ante los
desafíos de los soberanistas, el 59´2% opina que la política de Sánchez afecta
negativamente a la Economía, y crece un clamor para que el Gobierno deje de
depender de Podemos y de los nacionalistas radicales (pero, en fin, sólo se
trata de encuestas). Y entretanto el Gobierno defiende a sus enchufados, pues
la Ministra de Hacienda despacha las críticas por los nombramientos en empresas
públicas con el peregrino argumento de que “es legal” (¡faltaría más!) y de que
“se ha hecho siempre así” (cuando en la oposición criticaban los de Rajoy,
sucedía exactamente lo mismo pero con el papel de los protagonistas cambiado),
ya ven, lo que siempre se hizo mal y se criticó con razón, debe seguir
haciéndose mal “in eternis” en vez de solucionarlo. En definitiva, los bandazos
de Sánchez, seguramente con la ilusa intención de contentar a todos sus
supuestos aliados variopintos le dejan en muchos asuntos en la más absoluta
inopia: los grupos que le apoyaron en la moción de censura se suman ahora a las
críticas de PP y Ciudadanos en diversos asuntos, el PDeCat amaga con tumbar los
Presupuestos, ERC exige que.... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/).
No hay comentarios:
Publicar un comentario