jueves, 30 de agosto de 2018

BROTES FASCISTAS

                        Mientras los mossos identifican a quienes quitan lazos amarillos (no a quienes los ponen) con el inapelable argumento de “porque llevan tijeras” para cortarlos, Marlaska y el Govern se enfrentan por las competencias al respecto, Rivera con Arrimadas se lanza a una campaña en la calle contra los dichosos lazos y el President Torra califica como “brotes fascistas” la retirada de símbolos y llama a los catalanes a actuar como “un solo pueblo”, tras reunirse en un hotel de Waterloo con el prófugo Puigdemont para recibir instrucciones y preparar el curso político. Entretanto, crece la rebelión cívica contra la imposición del lazo amarillo y proliferan las “brigadas de limpieza”, que dedican las noches a retirarlos, en tanto que Fiscalía investiga a los Mossos por identificarlos (exige al comisario jefe que aclare qué agentes actúan al respecto y si han recibido órdenes políticas) y Rivera y Arrimadas, con sus propias manos, retiran los lazos en Alella a la luz del día, pero la Generalitat rechaza tratar con Interior en la Junta de Seguridad los episodios de tensión, cada vez más intensos, sobre los símbolos, alegando el Govern que es su competencia. Y es que el dichoso “procés” cada vez se convierte más en un asunto de seguridad ciudadana (unas mil personas se concentran en Barcelona para apoyar a la mujer agredida por quitar lazos y su atacante actuó por “crispación separatista”; golpean a un cámara de TeleMadrid al confundirlo con uno de TV3 y Rivera acusa de ello a un “radical infiltrado”; son los últimos conatos violentos de una serie que va “in crescendo”), mientras que, como era de esperar, los choques con Torra complican la política de deshielo del Gobierno de Sánchez, que, rectificando una vez más, califica ahora de “cuestión de Estado” la defensa de Llarena en plena polémica sobre los lazos amarillos. En efecto, Podemos, ERC y PDeCat (apoyos gubernamentales esenciales de Sánchez) critican que el Gobierno apoye al juez; Puigdemont le avisa de que la tregua terminó y, en su reunión con Torra en Waterloo, augura un trimestre de “nubarrones negros”, ve un “precedente gravísimo” que el Gobierno se haga cargo de la defensa del juez del “procés”; y el Govern  responde a Fiscalía por investigar a los Mossos que es su competencia, acusando a PP y Cs de flirtear con la violencia. En definitiva, ante esta escalada de tensión, Sánchez y Torra aplazan su cita, prevista para septiembre, que no se producirá al menos hasta después del 1-O, asumiendo el Presidente un “otoño caliente”, y, por su parte Casado reunirá al PP en Barcelona antes de la Diada y su Secretario General, Teodoro García Egea, dice que “el proceso independentista está en vía muerta; sólo le queda la violencia” y que “a Sánchez le importa más qué opinan sus socios de él que condenar la agresión a una inocente” (en referencia a la mujer agredida por quitar los lazos). Así anda este peliagudo asunto del secesionismo totalitario al inicio del curso político y es que..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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