domingo, 12 de agosto de 2018

MIGRACIÓN, UN PROBLEMA EUROPEO

                        Ningún país de la UE, ninguno de sus gobiernos, ningún partido político en Europa, ya sea desde el gobierno o desde la oposición, debiera utilizar el problema migratorio como arma política electoral arrojadiza ya que se trata de un problema cuya solución trasciende la dimensión de un partido político, de un gobierno, de un país y, si me apuran, de la propia UE que, en todo caso, debiera ser quien en su conjunto y por consenso afrontara el asunto para suavizar, que no erradicar, la inmigración en el área mediterránea al menos. La migración no es un fenómeno novedoso y va ligado al hombre desde su aparición en la Tierra, siendo una de las causas principales de evidentes cambios históricos y convulsiones sociales y políticas a lo largo de la Historia (valga como ejemplo la caída del Imperio Romano, con el colofón de la invasión violenta generalizada de los pueblos del norte tras varios siglos de invasiones menores pero constantes que cada vez hacía más difícil la paz en los límites septentrionales del territorio imperial romano). Pero desgraciadamente, como en otros tantos asuntos, la UE carece de una política migratoria común propia y, por tanto, cada Estado-miembro de los que la conforman, cada gobierno nacional y cada partido político actúan al efecto según les conviene, bien para ganar elecciones o para mantenerse en el poder, conformando un enrarecido y peligroso ambiente de desencuentro en los diferentes ámbitos, haciendo del disenso, cuando debiera ser del  consenso, el meollo de la cuestión, mientras a base de grandes dosis de demagogia cada vez proliferan más las peligrosas actitudes xenófobas y los desencuentros a todos los niveles…. Y lo más preocupante es que todos saben que la solución del problema no depende de ninguno de ellos, aunque sus posicionamientos particulares, elevados a la categoría de mágicas y falsas soluciones, les valgan interesadamente a todos y cada uno de ellos para conservar sus apoyos electorales (y, por tanto, sus supervivencias políticas) o para minar los apoyos del contrincante y, conseguido el poder, defraudar a los electores de nuevo ante la imposibilidad de materializar las demagógicas ofertas que previamente sabían inviables. Por tanto, aunque sea insuficiente, cabe valorar positivamente (algo es algo) el encuentro en Doñana de Sánchez y Merkel, para intentar reforzar en la UE lo que algunos llaman el eje antixenófobo, por más que la posición geográfica de España y Alemania permita distintas percepciones sobre el asunto, pues España, al igual que Italia (cuyo gobierno se sitúa en las antípodas del gobierno español) y otros países ribereños, forma parte de los países que, en pleno frente migratorio, sufren diariamente las consecuencias más inmediatas de una inmigración incontrolada e incontrolable. En todo caso, positivo que.... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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