viernes, 14 de septiembre de 2018

TITULITIS DIABÓLICA

                        Una grave epidemia de titulitis diabólica se ha cebado con los currícula de nuestros políticos y amenaza con dejar a muchos de ellos inhabilitados para ejercer sus interesantes cargos públicos, mientras, mediáticamente, otros temas de vital importancia social y económica quedan relegados a un segundo plano. Tras la caída de Cifuentes por su polémico master y las acusaciones contra Casado por presuntas irregularidades o tratos de favor en el suyo, asunto que está hoy en los tribunales, cae por idéntico asunto la Ministra de Sanidad, Carmen Montón, y está en entredicho, no ya el master, sino la tesis doctoral del mismísimo Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acusado, como su ministra cesada, de plagio, entre otras llamativas irregularidades en la obtención del mismo. Por su parte, medios y voceros, más o menos afines a uno u otro partido político, así como sus militantes y simpatizantes, tratan, según les conviene, de minimizar la gravedad de los hechos o exagerarla según si los afectados de la titulitis diabólica son de los suyos o de los ajenos, incurriendo obviamente en indecentes incoherencias y contradicciones al pasar de censores radicales a defensores cínicos y viceversa, según los casos. Como ya sucedía con la corrupción (al fin y al cabo este asunto también es corrupción), la apelación a la presunción de inocencia y la petición de dimisiones inmediatas (presunción de culpabilidad) son moneda de cambio utilizada según se trate de aplicarla a los tuyos o a los contrarios, lo que, en términos generales, deteriora la credibilidad de la clase política en su conjunto. En efecto, Pedro Sánchez, que, durante el debate de la moción a Rajoy, había dicho, con razón, que en Europa hay países donde se dimite por plagiar tesis doctorales, tras saltar el “caso Montón” la defiende a capa y espada en el Senado y afirma que “está haciendo un trabajo extraordinario y lo va a seguir haciendo”, mientras se acumulaban las pruebas de plagio y las manipulaciones del máster de la ministra y aumentaba la presión de cargos del PSOE y del Gobierno…..para, cuatro horas después, encontrarse con la dimisión de Montón, afirmando “he sentido siempre su apoyo; para que mi situación no influya le he presentado mi dimisión”, que, obviamente, el Presidente acepta contestándole “tu decisión, valiente, te honra”. ¿Es valiente y honroso dimitir cuando te pillan con el carrito del helado? En fin, sin comentarios. La ministra cesada, ya sustituida por Marisa Carcedo, miembro de la Ejecutiva del PSOE, como suelen hacer todos en estos casos afirmaba hasta el final que tiene su conciencia tranquila, mientras Sánchez, volviendo a rectificar, la deja caer, evidenciando la debilidad del Ejecutivo (o el poco acierto de Sánchez a la hora de los nombramientos), que en sólo tres meses ya ha perdido.... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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