En plena euforia y
apogeo del desafío secesionista totalitario por parte del Govern de Cataluña y
mientras la patronal catalana llama “golpe de Estado” a la ley del referéndum y
el Gobierno español lleva al TC la ruptura exprés por vulnerar la “pluralidad
política”, Rajoy, que pide al TC frenar la “deriva antidemocrática” de la
Generalitat, estudia con el PSOE y Ciudadanos cómo “normalizar Cataluña” cuando
se aborte el ilegal referéndum, buscando garantizar que tras el 1-O no surgirán
nuevos desafíos de unos independentistas que acaban de aprobar la ilegal “ley
de desconexión” hacia una Hacienda catalana. En efecto, el Gobierno, de
momento, recurrirá al TC la reforma reglamentaria del Parlament y el Alto
Tribunal se reunirá urgentemente en sesión extraordinaria y previsiblemente
suspenderá dicha reforma para la “desconexión exprés”, mientras los diputados
secesionistas firman en bloque la ley del referéndum en un claro desafío al
Estado de Derecho, en tanto que los empresarios catalanes (como otros tantos
sectores ciudadanos) rechazan el “golpe de Estado jurídico” que pretenden los
independentistas. Por otro lado es imputado un alto cargo de Junqueras por
ocultar gastos del referéndum (se trata de Lluís Salvadó, Secretario de
Hacienda, primer dirigente de ERC encausado, ya que el juez rastrea partidas
destinadas a la ilegal consulta), mientras la Generalitat denuncia ante el juez
a la Guardia Civil y el Govern, que aprueba la Hacienda propia, niega a Montoro
el nombre de los funcionarios. Es tan grave la situación que Rajoy prioriza el
desafío independentista ante la mejora evidente de la Economía española, que
queda eclipsada ante semejante aberración democrática, ya que la obstinación
independentista vuelve a un iluminado Puigdemont un presidente “solo, inseguro
y desconfiado” (como sucede a los dictadores que en el mundo han sido), al
estar convencido de que su única misión en este mundo es la ruptura con España,
sea como sea y cueste lo que cueste, al extremo de que carece de equipo
político y, si llega el caso, decide a espaldas de su propio Govern, al extremo
de que en la Generalitat saben perfectamente que sólo los radicales sobreviven
a su lado, siendo purgado cualquier miembro que tenga las más mínimas dudas o
discrepancias con su visionaria misión. Así las cosas, tanto el Gobierno español
como los jueces estarán en... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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