Depurados los consejeros
dudosos de no ser totalitarios, el Gobierno catalán da una vuelta de tuerca más
en su deriva golpista forzando la maquinaria ilegal, con lo que el Parlament
celebrará el día 26 un pleno para modificar el reglamento de la Cámara y
activar así la votación del ilegal referéndum. Entretanto, según informes
jurídicos del Estado, la Ley catalana del Referéndum anula las garantías
electorales de los catalanes, pues Junts pel Sí y la CUP se atribuyen todo el
control en la jornada de la ilegal consulta. Y para que, como decía Franco,
todo quede “atado y bien atado” los totalitarios separatistas se hacen con el
control pleno de la Policía, al nombrar la Generalitat al frente de los Mossos
a un independentista convencido, previa dimisión de su Director por
discrepancias políticas, generando “incertidumbre” en el Cuerpo, cuyos miembros
rechazan ser “instrumentos políticos” de Puigdemont y le advierten que están al
lado de la ley, mientras los sindicatos de la policía autonómica protestan por
el uso partidista del cuerpo y temen ser forzados a ponerse al servicio de la
consulta ilegal. Además, sin reparo alguno, tras esta depuración de los Mossos,
Junqueras reclama a la sociedad civil que le defienda, en tanto que el PDeCAT
(la antigua CDC de Pujol, ¡quién lo diría!), echada definitivamente al monte,
dice que sus “soldados” están dispuestos a todo. Por su parte Pere Soler, que
así se llama el nuevo Jefe de los Mossos, sostiene en su último tuit, por si
alguien tiene duda de quién es el personaje, “votaremos el uno de octubre, no
lo podrán evitar”, pues, tras conocer la decisión del PSOE de abstenerse en la
investidura de Rajoy, ya dejó bien claro “espero que nos vayamos ya porque me
dais pena todos los españoles” (como ven, hombre tolerante y humilde donde los
haya); este es el nuevo general de los “soldados” a los que se refiere el
PDeCAT. No obstante, como la Fiscalía actuará contra el Govern por prevaricar
si compra las urnas, querellándose contra Puigdemont y Junqueras inmediatamente
si finalmente firman el decreto para adquirirlas, la Generalitat no se atreve a
comprarlas e impone un apagón informativo, alegando ahora el “asedio” del
Estado para aplazar la compra y escondiendo sus planes, sin concretar ni
cuándo, ni cómo las adquirirá, ni quién firmará el decreto (como ven,
indiscutible ejercicio de trasparencia sin lugar a dudas como a los que nos
tiene acostumbrados). Y mientras un pueblo tarraconense, Batea, solicita una reunión
con la Subdelegación del Gobierno para explorar fórmulas que le permitan dejar
de ser catalán y hacerse aragonés, Junts pel Sí y la CUP, en medio de este
oscurantismo, preparan un encierro en el Parlament si fracasa el referéndum.
Por su parte, mientras los expertos optan por... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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