En vísperas de una
esperpéntica moción de censura al Gobierno de España, que ya veremos cómo
queda, la Generalitat de Cataluña, quiere formar a miles de “agentes
electorales”, a los que la legalidad les importe un pimiento, para que
sustituyan a los funcionarios en el ilegal referéndum independentista, mientras
Puigdemont reinterpreta a su acomodo la Constitución, diciendo, ante el resto
del mundo y la literalidad de la misma, que nuestra Carta Magna “no prohíbe el
referéndum”, lo que, sumado a la retahíla de mentiras y verdades a medias en
las que se basan los independentistas para dar apariencia argumental a su
endiablado proyecto totalitario, no debiera sorprendernos a estas alturas de la
película. Tampoco debiera sorprendernos que la Generalitat use para su
propaganda a Pep Guardiola, un icono del fútbol catalán y, por tanto español,
que casi cincuenta veces defendió la Selección Española, pero que como
cualquier otro ciudadano tiene todo el derecho a sentirse independentista, como
ya ha manifestado alguna que otra vez, o lo que le venga en gana. Lo
sorprendente e inadmisible es que un esperpéntico Guardiola mienta
descaradamente y pida ayuda exterior, leyendo públicamente un manifiesto, como
acaba de hacer, contra “el Estado autoritario” de España y proclame que
Cataluña sufre “abusos de un Estado autoritario”, comparando a nuestro país con
una dictadura que impide votar y situándose a favor de un ilegal referéndum sobre
el que habla por parte del Estado de “persecución política” y policial contra
dirigentes de la Generalitat, como es el caso, entre otros, de Puigdemont que
se sirve así de un esperpéntico y bronco Guardiola para avivar el independentismo,
usando al futbolista y entrenador como portavoz de la campaña del ilegal
referéndum. Atrás quedan los momentos de gloria de Guardiola defendiendo
orgullosamente los colores de España y su estancia (eso sí, a golpe de
talonario) en Qatar, donde seguramente no fue capaz de discernir las
diferencias entre lo que es un Estado Autoritario de un Estado Democrático,
homologable con otros de su entorno, como Alemania o Reino Unido, donde, a
pesar de vivir en ellos estos últimos años, sigue sin entender que en ninguno
de ellos ningún demócrata defendería proyectos o procesos al margen de la
legalidad establecida. Un esperpéntico Guardiola, defensor del ilegal procés y
del referéndum, que hasta divide a Podemos, en pleno debate de su moción de
censura a Rajoy, ya que... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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