Sin duda alguna el
embrollo catalán promovido por los gobernantes independentistas de la
Generalitat, convertido en principio y fin de toda acción política en la
Autonomía y, en buena medida, en el resto de España, trae de cabeza a tirios y
troyanos, que derrochan energías mientras se olvidan de los problemas que
realmente preocupan a los catalanes y al resto de españoles. Ahora resulta que
la Generalitat acepta negociar la oferta de Rajoy para Cataluña, aunque Munté
insiste en la necesidad de una consulta (ilegal, salvo que previamente se
cambiase la Constitución), y que el Gobierno afirma que ya hay contactos “a
todos los niveles” con la Generalitat, matizando que son contactos discretos
para “gestionar el día a día”, aunque Puigdemont dice no haber recibido aún
nada concreto. Y mientras la Generalitat pide fecha para la reunión con Rajoy,
pues tanto Puigdemont como el Presidente del Gobierno se declaran dispuestos a
hablar, aunque difieren en el alcance del discurso, parece ser que el Gobierno
opta por Junqueras como interlocutor en Cataluña, tras constatar el Ejecutivo
que el President Puigdemont no quiere negociar, mientras Rajoy descarta
cualquier cambio de estrategia. Lo cierto es que se especula con que, tras los
contactos con la vicepresidenta y tres ministros, Junqueras se perfila como el
idóneo para llegar a acuerdos, ya que Moncloa trabaja con la hipótesis de que a
ERC le conviene más unas elecciones catalanas anticipadas que convocar un
ilegal referéndum a instancias y a remolque de lo que dice la CUP, siendo
conscientes de que Moncloa no hará más ofertas a Puigdemont y que sólo
negociará sobre “problemas reales”, tal como Rajoy ha dejado claro en varias
ocasiones, pues, con toda razón, sostiene que, como Presidente del Gobierno,
jamás puede llegar a acuerdo alguno sobre asuntos que, como el referéndum,
están al margen de la ley, lo que supondría un fraude a la democracia y un
atropello flagrante a los derechos de todos los españoles, incluidos los
catalanes. Por tanto, negociar sobre problemas reales es la clave en las
conversaciones entre el Gobierno Español y la Generalitat, pues cualquier otro
asunto ficticio requiere una renuncia por parte de los gobernantes
independentistas no a sus principios ideológicos (¡faltaría más!) sino a sus
actos ilegales diseñados en el ilegal “procés” que ellos mismos han diseñado,
cuando su deber, como gobernantes... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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