En apenas 72 horas cinco
mujeres han sido asesinadas por sus parejas o ex parejas lo que pone de relieve
la gravedad, no sólo cualitativa sino también cuantitativa, de esta abominable
violencia machista en España que, en lo que va de año, arroja el trágico
balance de quince mujeres asesinadas. Esta denigrante violencia de género es un
verdadero terrorismo social y como tal debiera ser tratado, pues no sólo atañe
a las familias directamente afectadas o a sus entornos más próximos sino que
atenta directamente contra los cimientos de la convivencia en paz y libertad de
todos y cada uno de nosotros; un cáncer social que hay que extirpar de cuajo.
Las cinco últimas víctimas de semejante terrorismo machista, ponen de relieve
la gravedad del asunto, que trasciende cualquier parámetro de edad, nivel
social o cultural, área geográfica… entre otros tantos aspectos que puedan
tenerse en consideración; de estas últimas víctimas, se trata de una mujer de
34 años acuchillada en plena calle en Barcelona, otra de 43 muerta al caer por
el hueco de la escalera en Valencia, otra de 49 asfixiada en la bañera en
Gandía, otra de 50 quemada en su casa en Pontevedra y otra de 91 apuñalada por
su marido en Badajoz, que dejan un rastro de dolor inmenso y, ¡cómo no!, de
impotencia e indignación en sus familiares respectivos más directos, amigos y
vecinos, conscientes, como el resto de los ciudadanos, de que algo estamos
haciendo mal, pero muy mal, frente a semejante fenómeno inexplicable en una
sociedad libre y democrática que, a todas luces, se muestra incapaz de
erradicar, o al menos aminorar, semejante tragedia colectiva. Es obvio que las
actuales medidas de lucha y prevención contra la abominable violencia machista
son insuficientes o, al menos, son ineficaces, pues, teniendo en cuenta la
complejidad del fenómeno, requiere, una mayor contundencia a nivel preventivo
contra los presuntos maltratadores, como sucede contra los presuntos
terroristas, y una mayor protección de las presuntas víctimas desde los niveles
indiciarios, pues detrás de cada uno de estos asesinatos hay toda una ristra
previa de amenazas, agresiones mayores, insultos y calumnias, muchas veces ni
siquiera denunciadas y otras veces con denuncias que dejaron a la presunta
víctima en cierto desamparo y presa del miedo. O toda la sociedad se toma.... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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