Por más que los dirigentes de los distintos
partidos pretendan disimularlo, la procesión va por dentro y, obviamente,
surgen los nervios que, a ritmo de las diferentes encuestas, se van modulando,
para bien o para mal, de cara a un escenario de gobernabilidad postelectoral
complejo e incierto en el que no muy grandes alteraciones sobre la previsión
actual y los datos definitivos pueden dar un vuelco importante al papel que
cada partido pueda jugar en la próxima legislatura. En efecto, según el último
sondeo de Metroscopia sobre las elecciones generales, nada menos que cuatro
partidos, que sumarían el 80% de los votos, tienen opción de victoria en un
insólito escenario de ruptura del bipartidismo, pues en estimación de voto
Podemos tiene el 22´5%, PSOE el 20´2%, PP el 18´6% y Ciudadanos el 18´4%, con lo
que cualquier error de bulto o cualquier metedura de pata podría trastocar el
orden actual en cualquier momento. Y, por si alguien pensara que para las
generales aún queda tiempo, algo parecido sucede en las elecciones andaluzas,
cuya campaña ya está en marcha y, según la última encuesta de NCReport, la
estimación de voto en Andalucía sería el 33´1% para el PSOE, que obtendría
entre 44 y 46 escaños; el 28´2% para el PP con 34-36 escaños; el 14´3% para
Podemos con 14-16; el 10´1% para Ciudadanos con 8-10; y el 7´2% para IU con 5-7
escaños, mientras que el PA con el 2´8% de votos y UPyD con el 2´5%, no
obtendrían representación parlamentaria, en una Cámara, como la andaluza,
compuesta de 109 escaños, estando la mayoría en 55 parlamentarios, que, según
este sondeo y comparado con el CIS andaluz, daría una subida de 2´5 puntos al
PP en intención de voto y un retroceso a Podemos de 5 puntos, lo que, de
convertirse en ... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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