lunes, 5 de octubre de 2020

Y MADRID, CONFINADO

                         Así es; ante los incomprensibles desacuerdos entre Sánchez y Ayuso el Ministro de Sanidad decide de forma unilateral confinar la capital de España y otros diez municipios de la Comunidad de Madrid, mientras los madrileños afrontan el cierre sumidos en la incertidumbre, pues Ayuso acata la orden, aunque no aclara cuándo la aplicará, pero pide su suspensión en los tribunales. En definitiva, un confinamiento con matices en que millones de movimientos laborales diarios y otras libertades amenazan su eficacia en plena guerra Madrid-Sanidad que está creando fisuras en el PP y tensión en el gobierno autonómico de coalición con Ciudadanos. En efecto, esta idea de concebir los gobiernos de coalición (tanto el de PSOE-Podemos a nivel nacional, como el de PP-Ciudadanos en la Comunidad de Madrid) como la suma inconexa de dos proyectos políticos distintos en vez de concebirlo como un previo programa de gobierno único, pactado previamente, según el cual cada partido se deja buena parte de su programa en beneficio de la gobernabilidad en común, añade, tanto a nivel nacional como autonómico, más incertidumbres que certezas y, obviamente, a la primera de cambio saltan las alarmas de ruptura aunque sólo duran el instante en que sus líderes se dan cuenta de que hay que hacer olvidar lo antes posible semejantes desajustes para seguir ambos instalados en la poltrona del poder con los beneficios personales y políticos que de ello se derivan. Esto explica que Ayuso recurra la orden de confinamiento sin el apoyo de su socio Aguado, quien ha mantenido con Illa línea directa y se ha desmarcado de la Presidenta, haciendo reavivar en el ambiente los pseudo-fantasmas de una moción de censura, al igual que se explican las permanentes discrepancias entre Sánchez e Iglesias en asuntos fundamentales defendiendo cada uno lo que considera oportuno en vez de lo que debieran haber pactado en cada asunto para beneficio común de la ciudadanía. Es lo que hay, nuestros políticos no dan para más. No en vano, en el caso que nos ocupa, los expertos en sanidad denuncian que se usan criterios políticos y no científicos en un asunto tan sensible  como es la pandemia. El caso es que, sin acuerdo alguno, se echa el cierre de Madrid y de otra decena de municipios de la Comunidad, con miedo al “caos” y a la crisis, aunque, de momento, no se multará a quienes lo incumplan a la espera del aval de la Justicia, cuando por dos veces se estuvo a punto de llegar a un consenso obligado hasta que Ayuso se echó atrás al comprobar que con los criterios de confinamiento adoptados por el Ministerio sólo entraban en las restricciones ciudades de la Comunidad Madrileña, incluida la capital, manifestando la Presidenta que “ha habido una farsa sobre Madrid, una estafa para vender el caos y justificar la intervención”, mientras, a pesar de las discrepancias con Aguado, defiende la solidez del pacto con Ciudadanos y denuncia una estrategia de La Moncloa para hacer creer que “siempre hacemos las cosas mal y tarde”. En el fondo de la cuestión, al margen de los costes sanitarios directos de la pandemia y de los enfermos y fallecidos que se van sumando al trágico ranking de los damnificados de la pandemia, el cierre de Madrid lastra la paupérrima economía española (sólo en dos semanas las pérdidas podrían llegar a 5.600 millones) por lo que Ayuso, que cifra en 8.000 millones las pérdidas, recurre por “el impacto económico y laboral” (la CAM cifra el coste semanal del confinamiento en 750 millones y 18.000 empleos), mientras el PP...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

 

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