lunes, 26 de octubre de 2020

TOQUE DE QUEDA

                             En esta pintoresca España de las Autonomías, más parecidas a Reinos Taifas cada una a su aire que a instituciones integradoras del Estado, el Gobierno, por fin, tras una progresiva petición de los gobiernos autonómicos gobernados por el PSOE y por los nacionalistas (eso sí, éstos a cambio de que no se interfiera en la gestión de la pandemia, no vaya a ser que se atente contra sus competencias), decide decretar un nuevo estado de alarma como cobertura legal para decretar a su vez un toque de queda o restricción de movilidad nocturna como prefieren llamarlo para alejar cualquier connotación bélica del término. En efecto, la apatía del Gobierno durante meses para legislar o reformar la Ley de Salud Pública que facilitara actuar sin el recurso de la alarma, como en otros países, y permitiera a las autoridades políticas y sanitarias intervenir contra la pandemia de forma más eficaz y exenta de interpretaciones jurídicas contrapuestas en cada tribunal superior de justicia autonómico sin la cobertura legal del estado de alarma ha provocado un desmadre de gestión catastrófica mientras la pandemia en esta segunda oleada sigue escalando desde la famosa “nueva normalidad” a cifras muy preocupantes de contagios y muertes que nos retrotraen casi a los peores momentos de la primera ola, dibujando un panorama desolador en medio de una serie de medidas territoriales, algunas rechazadas por la autoridad judicial en una autonomía pero no en la de al lado, y de un escandaloso desencuentro entre el Gobierno central con la Comunidad de Madrid, donde finalmente Sánchez impuso un confinamiento perimetral a la capital y otros nueve municipios de la misma. Así las cosas, Sánchez fuerza a las CCAA a suplicarle un estado de alarma y, tras la petición de nueve de ellas (cinco gobernadas por el PSOE, más País Vasco, Cataluña y Cantabria) para que sus medidas tengan cobertura legal, avisa de que “vienen meses muy duros” y en Consejo Extraordinario de Ministros dominical da el paso de decretar un estado de alarma, diferente al anterior ya que la gestión de la pandemia la deja ahora en manos de las autonomías, y además añade un toque de queda nocturno de las 23 a las 6 horas, aunque las autonomías pueden modificarlo hora arriba o abajo, mientras Madrid volvía a las restricciones por zonas sanitarias. Sánchez, que había enterrado el plan legislativo de Calvo, tras llevar a las CCAA a este caos legal, opta por este peculiar estado de alarma para poder decretar el citado toque de queda, mientras algunos virólogos del CSIC, como Margarita del Val, sostienen que “no hay evidencia científica de que los toques de queda sean efectivos”. Para prorrogarlo en el Congreso de los Diputados, tras los quince días iniciales de vigencia, cuenta Sánchez en principio con los votos de sus socios de investidura a los que se suma Ciudadanos, mientras el PP habla de “chantaje” y se opone a las pretensiones de Sánchez de que sea prorrogado por seis meses (a diferencia de la anterior alarma en que las prórrogas eran cada quince días) ofreciéndole Casado respaldarlo en principio para dos meses. La polémica está de nuevo servida: el Gobierno busca que la alarma se alargue hasta mayo y el PP sólo hasta diciembre, mientras Ciudadanos y ERC no son partidarios tampoco de que la medida excepcional esté tantos meses sin control parlamentario.  De momento España está en estado de alarma y con toque de queda tras el decreto aprobado para quince días y ya se verá qué pasa con las prórrogas; una situación en la que la movilidad nocturna queda restringida, salvo en Canarias, mientras las CCAA tienen la potestad delegada del Ejecutivo (en la anterior alarma el Ministerio de Sanidad tenía el mando único) para confinar todo su territorio, municipios o barrios….. ¿hasta cuándo? Sánchez dice que “la duración no es inamovible, si la situación mejora decaerá”, pero la oposición no está por la labor de dejar este cerrojazo nocturno sin control durante tanto tiempo, pues, por esa misma regla de tres, puede prorrogarse por dos meses y entonces decidir nuevas prórrogas si la situación de la pandemia así lo aconsejase. Casado indica que en dos meses incluso hay tiempo para reformar la Ley de Salud Pública y poder así seguir luego luchando contra la pandemia con cobertura legal sin necesidad de mantener la alarma. Entretanto...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

 

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