jueves, 28 de mayo de 2020

DESMADRE ANTIDEMOCRÁTICO

                        Por si no tuviéramos suficiente con la que está cayendo en plena pandemia y con la galopante crisis económica que sufrimos, el Gobierno de Sánchez-Iglesias, tras el tormentoso y polémico acuerdo con Bildu, nos brinda además un indecente desmadre antidemocrático, en el fondo y las formas, con una flagrante injerencia del Poder Ejecutivo en el Poder Judicial, por parte, en este caso, del Ministerio de Interior, que, por desmentida y matizada que sea en boca del ministro, es más que evidente. En efecto, aunque el Ministro lo niegue en el Congreso de los Diputados, el Ministerio dirigido por Grande-Marlaska atenta contra la separación de poderes del Estado y contra la consecuente independencia judicial, básica en el Estado Democrático de Derecho, al cesar al Jefe de la Guardia Civil en Madrid, el Coronel Pérez de los Cobos, por negarse éste, como es su obligación, a entregarle un informe confidencial sobre el 8-M que la jueza instructora del caso le había encomendado al Instituto Armado en calidad de Policía Judicial, con la advertencia expresa de que el equipo encargado de elaborarlo sólo debía entregárselo a ella, tal como es preceptivo en estos casos. Los hechos hablan por sí solos: Marlaska usa a tres superiores del coronel para presionarle, pues, al parecer, un teniente general y un general llaman a Pérez de los Cobos, con una inmaculada hoja de servicios, para preguntarle si la Policía Judicial había dado informes a la jueza sobre la actuación del Delegado del Gobierno en Madrid el 8-M, recibiendo como respuesta del coronel que era un asunto judicial y que él desconocía los detalles, y, ante ello, la Directora General de la Guardia Civil le insiste en que es un tema “muy sensible” para el Ejecutivo, pero al recibir idéntica respuesta se produce el fulminante cese del coronel, provocando, ante semejante afrenta, la dimisión del “número dos” del Cuerpo, el Teniente General Laurentino Ceña y, acto seguido, el cese del “número tres”, el general Fernando Santafé porque “no está conforme” con el nombramiento del nuevo “número dos”. Una purga en toda regla se mire como se mire, mientras los juristas, con toda la razón, afirman que el ministro pidió al coronel que cometiera un delito. Por su parte un Marlaska acorralado, ante el escándalo provocado, niega cualquier injerencia apelando al manido recurso de una remodelación normal dentro del Ministerio, a la que obviamente tiene derecho, por haber perdido la confianza en el Coronel De los Cobos, mientras, para aplacar los ánimos, anuncia, como si fuera obra suya, una subida salarial a la Guardia Civil que ya estaba pactada en 2018 por el anterior Gobierno y los sindicatos policiales, provocando con ello más críticas contra el Ministro al considerar el Instituto Armado que “el honor no se compra” tras el “cese político” del coronel, quien, para negarse a entregar el informe al Ministro, esgrimió, tal como procede, la “rigurosa reserva” a la que está obligada la Policía Judicial, en este caso bajo su mando pero dependiente exclusivamente del juez instructor, en este caso la jueza que investiga los posibles delitos, si los hubiere, cometidos por permitir la multitudinaria manifestación del 8-M, mientras dicha jueza advierte que actuará contra Interior si se demuestra que el cese del coronel ha sido por obediencia. En fin, blanco y en botella, leche. Marlaska desata en la Guardia Civil la mayor crisis desde el famoso caso Roldán, mientras mandos policiales creen que el “autoritario” cese del coronel es un aviso a navegantes. Entretanto..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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