De un lado Sánchez
interviene el mercado laboral y prohíbe los despidos durante lo que dure la
crisis del coronavirus; de otro lado, endurece el confinamiento con una
“hibernación” económica para evitar el colapso sanitario paralizando toda
actividad económica no esencial hasta el día 9 de abril. Dos medidas muy duras
y controvertidas, aunque seguramente necesarias, que, sin duda, traerán
consecuencias económicas nefastas y que han sentado muy mal en ámbitos
empresariales, especialmente por las formas, más que por el fondo. En efecto,
el Gobierno prohíbe los despidos durante la pandemia, protegiendo así a los
empleados temporales en los ERTEs, con lo que, según algunos, Iglesias se
impone a Calviño e hipoteca la recuperación, mientras las empresas y autónomos
avisan de que provocará al final más paro; y es que el Ejecutivo veta incluso
las rescisiones de contratos temporales vinculadas al virus para que las
empresas no puedan “aprovecharse” de la crisis y revisará los ERTEs para
perseguir “fraudes”, congela la rescisión de contratos por coronavirus con 20
días de indemnización y revisará todos los ERTEs de las empresas que se hagan
durante la pandemia; no obstante Ábalos, Calviño y la portavoz Montero han
conseguido frenar de momento el plan de alquiler de Podemos, que hubiese
generado mayor malestar, mientras Sánchez-Llibre, Presidente de Foment,
sostiene que “prohibir el despido es cruzar una línea roja” y los empresarios
advierten de que la medida lastrará la recuperación económica y aumentará el
paro. Y, en efecto, por otra parte, el Gobierno “hiberna” la economía, mediante
un cerrojazo total desde el 30 de marzo al 9 de abril en que sólo se trabajará
en actividades esenciales, quedando el resto de actividades en paro y sus trabajadores
con una especie de obligado “permiso retribuido recuperable”, que tendrán que
pactar luego con las empresas como se recuperan esas horas, mientras los
empresarios alertan del “impacto sin precedentes” de la medida, por la que
España perdería unos 60.000 millones; Sánchez rectifica así para limitar al
máximo la movilidad e impone este “permiso retribuido recuperable” sin pactar
con los empresarios, quienes quedan estupefactos, al extremo de que el
Presidente ha tenido que volver a rectificar e improvisar una moratoria de 24
horas ya que muchas empresas no podían echar el cerrojo en un santiamén, con lo
que el cerrojazo se exigirá desde hoy, día 31 de marzo, y no desde el anunciado
día 30, mientras el sector de la construcción alerta de que puede quebrar y las
CCAA lamentan la unilateralidad de La Moncloa por no informarles previamente
del cerrojazo. Y es que los bandazos de Sánchez, ya típicos en circunstancias
normales, en estas circunstancias de crisis dejan muchas más dudas y
preocupaciones por el camino, al extremo de que presidentes de CCAA tan
distintos como Urkullu, Feijóo, Moreno o Puig afean los continuos volantazos
que se están dando en la gestión de la crisis, en tanto que aflora una fuerte
división en el seno del Ejecutivo donde se imponen las tesis de Iglesias,
mientras desde el IBEX y la CEOE se comenta “no tiene ni idea, se va a cargar
el país” y Lorenzo Amor, presidente de ATA, sostiene que “el Gobierno ha
perdido el rumbo en materia económica” y advierte que “muchos autónomos se van
a quedar en el camino”. Y por su parte el...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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