Cuando ya falta menos de
un mes para que se consolide una investidura de gobierno o, en caso contrario,
se convoquen nuevas elecciones generales, reaparece un desaparecido Pedro
Sánchez, tras haber disfrutado de sus vacaciones, y lo hace con idéntica
estrategia con la que se fue pues, al parecer, nada tiene que ofrecer, nada que
ceder, ni nada que negociar. Pensará seguramente que ya hace suficiente con
ofrecerse a sí mismo y con este definitivo “nada de nada” cercar a Podemos con
la amenaza de otras elecciones para que los españoles volvamos a elegirle como
el enviado del destino para gobernar las Españas, pues, en su ego superlativo
los españoles sólo tenemos la opción de volverle a votar cuantas veces sea
necesario hasta que por fin nos decantemos por él en las urnas con una clara y
contundente mayoría absoluta en la que no necesite a nadie, ni nadie le estorbe
para gobernar a su antojo. Hasta entonces, él sigue gobernando (o
desgobernando) en funciones con el único objetivo de ir acumulando trienios en
su gestión. Por todo ello, en la primera sesión del Congreso desde su fallida
investidura en julio, los distintos grupos parlamentarios respiraban un aire
preelectoral, pues, casi todos ellos ven imposible un acuerdo Sánchez-Iglesias,
el menos imposible de todos, que permita un acercamiento a una suficiente
mayoría para ser, al menos, investido con el concurso del resto de opciones
políticas que le auparon a La Moncloa en su histórica e histérica moción de
censura a Rajoy. Y desde entonces, tras experimentar que se puede desgobernar
por decreto ley sin mayoría en el Parlamento, esquivando al Legislativo, donde
con el apoyo de Podemos, su enemigo íntimo, evita dar explicaciones de su
gestión (entre ellas sobre la crisis del Open Arms, como le pide el PP y
Ciudadanos) e impone el silencio en la Cámara (dejando sin respuesta 973
preguntas de las 1.199 formuladas por la oposición en su derecho de control del
Ejecutivo), con lo que ya este Presidente en funciones suma medio año sin
rendir cuentas a la Cámara Alta como es y debiera ser su deber, al extremo de
que, cuando la oposición consigue a trancas y barrancas forzar la comparecencia
de la vicepresidenta Calvo, él retrasa la suya hasta el próximo mes.
Entretanto, en este enrarecido ambiente político, los partidos contratan a 248
asesores en Las Cortes pese a este bloqueo y a sólo 28 días de la disolución de
las mismas, pues en tres meses han realizado decenas y decenas de nombramientos
de puestos de confianza, obviamente con cargo al presupuesto público que
pagamos entre todos. Así las cosas, el PP se abre a formar listas con Vox si
hay elecciones, aunque, tanto Ciudadanos como Vox, cierran la uerta a la
propuesta popular de España Suma, defendiendo ambas formaciones su
independencia del partido de Casado, pues, incluso alguno de los barones
populares, como Feijóo, que avalan la propuesta de la fórmula navarra para
acabar con la inestabilidad, afirmando que “es una oferta con luz y
taquígrafos, algo más serio que el juego de tronos de la izquierda”, la
descarta para Galicia, donde él gobierna, al verla allí como “innecesaria”. Y
mientras las cuotas fijas de las bases de Podemos caen un 16% el año del
polémico chalet de Iglesias, el PSOE entrega a Bildu la alcaldía que le pidió a
la socialista Chivite, al permitir el PSN que..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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