Tal como se esperaba la
candidata popular a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz
Ayuso, acaba de ser investida con los apoyos de Ciudadanos y Vox, por lo que
presidirá un Gobierno de coalición, el primero en dicha comunidad, entre PP-Cs,
con el apoyo parlamentario de los de Abascal. Una investidura que, sin duda,
refuerza a Pablo Casado en el PP, y que, por su importancia política (no
haberlo conseguido hubiera sido un total descalabro para los populares y para
él personalmente), servirá de contrapeso a un probable Gobierno de España,
presidido por Sánchez, si es que éste consigue al fin entenderse con UPodemos y
evitar así nuevas elecciones, y que, probablemente, obligaría a Ayuso a tener
que convivir con Garrido, su ex Jefe en el Gobierno regional, hoy diputado
naranja tras haber abandonado a los populares en plena campaña electoral y
probable consejero en el mismo. Y un pacto, nada fácil, al extremo de que incluso
en la víspera de la investidura, Rocío Monasterio, la portavoz de los de
Abascal en la Asamblea madrileña, advertía “espero que Ayuso y Aguado entiendan
que gobiernan con los votos de Vox”, recordándoles que “han tenido que firmar
nuestro acuerdo y nosotros el suyo no”. Así las cosas, la candidata presenta el
“plan Ayuso” con diez retos para Madrid, confiando que sea “el laboratorio
liberal” del PP, y proponiendo las medidas “transformadoras”, que Casado quiere
para toda España, entre las que destaca una política fiscal a la baja con una
rebaja “histórica” de impuestos del 5´5%, reducción de listas de espera
sanitarias, incentivos a empresas y autónomos para conciliar trabajo y
natalidad, y abono-transporte gratis para los mayores de 65 años; un Gobierno
regional con un programa liberal frente a Sánchez, que el PP contrapone al
intervencionismo del PSOE sanchista. Al fin tras un debate, centrado por parte
de la oposición iupodemita y errejonista en la corrupción y no en desmontar las
propuestas programáticas populares, con la intención de descalificar a Ayuso
antes de ser investida, y por la oposición socialista de Gabilondo, algo más
encarrilada y centrada, se despejan las dudas de Vox y la investidura sale
adelante, a la espera de un Gobierno PP-Cs, con Aguado de Vicepresidente, que
confirma Madrid como un bastión del liberalismo, de la unidad de España frente
a los separatismos y del antiterrorismo frente a las tibiezas incomprensibles
al extremo de que la Consejería de Justicia pasará a llamarse también de
Víctimas del Terrorismo. Y, ante dicha estrategia opositora, Ayuso, obviamente
arremete en el debate contra la izquierda radical, poniendo en evidencia sus
contradicciones y comportamientos cínicos, especialmente contra el currículum
de Errejón, a quien pone de vuelta y media, al haberla éste humillado de forma
indecente, manifestando “la candidata lee bien aunque a veces se trabe”. Y tras
las intervenciones de Aguado, la más contundente y clara frente a la oposición,
la de Gabilondo, filosófica y ajustada, responde Ayuso quien, emocionada,
reivindica la...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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