domingo, 18 de agosto de 2019

EUROPA, ROTA Y DESNORTADA

                        Las reticencias de algunos de los gobiernos de muchos de los Estados miembros de la UE y la eurofobia generalizada de los partidos populistas de extrema izquierda o derecha que proliferan en suelo europeo, configuran una Europa rota y desnortada, incapaz de afrontar los retos que le plantea este mundo globalizado y complejo. Y uno de estos retos inaplazables es el gravísimo problema de la inmigración, personificado hoy en la crisis del Open Arms, que, cargado de migrantes a bordo, deambula por el Mediterráneo sin rumbo fijo esperando que algún país le permita desembarcar a los migrantes rescatados del mar en alguno de sus puertos. Pero ni siquiera la decisión de un juez italiano para que le deje atracar en la isla italiana de Lampedusa, doblega a Salvini, ministro de Interior italiano de extrema derecha, quien, de forma totalitaria y unilateral, se apresura a firmar otra orden para evitarlo, bloqueando la solución al puntual conflicto del Open Arms (el conflicto global de la migración es de una dimensión que trasciende a este parcheo hipócrita y coyuntural) a pesar del aval judicial, del criterio del Primer Ministro de Italia de cuyo Gobierno Salvini forma parte, de la condena por parte de la UE de este incomprensible secuestro salviniano del barco o de la oferta y compromiso de Bruselas de repartir a los inmigrantes entre seis de los países de la Unión (España, Alemania, Luxembuurgo, Rumanía, Francia y Portugal), que, tras el sufrimiento angustioso durante días y días en medio del mar, finalmente se prestan a acogerlos. Ni las despiadadas decisiones de Salvini, ni los demagógicos gestos puntuales electoralistas de Sánchez como fue el “caso Aquarius” (insostenibles para el resto de casos), ni las voluntariosas decisiones o no de acogimiento y reparto por parte de determinados países en cada caso concreto, van a paliar un conflicto que ha de ser afrontado de forma global por toda la UE en su conjunto. Pero esta Europa rota y desnortada, ensimismada casi exclusivamente en sus problemas económicos, que no es poco, es incapaz de profundizar en la imprescindible cohesión política y social necesaria para emprender el camino hacia un federalismo europeo cada vez más necesario, e imponer un modelo común, que impida las arbitrarias decisiones puntuales de los gobiernos de sus estados miembros, cada uno a lo suyo, frente al interés general común. No es cuestión, aunque también, de resolver la crisis puntual del Open Arms, pues vendrán otros muchos Open Arms, sino la crisis global de la inmigración, que no puede depender de las caprichosas decisiones unilaterales de los gobernantes de turno de los Estados Miembros de la UE sino de una política migratoria común, inexistente hoy por hoy, en esta Europa rota y desnortada. Así las cosas, ciñéndonos al caso concreto del Open Arms y a España, que, por cierto, ha reducido un 39% las entradas irregulares de inmigrantes en lo que va de año gracias a la actitud de Marruecos a cambio de pasta, Sánchez, por fin, rectifica una vez más en pocos días y decide ahora acoger inmigrantes, formando parte del reducido grupo de seis países dispuestos a ello, mientras Bruselas ruega que desembarquen para distribuirlos después entre ellos. Y mientras llega el desenlace definitivo la situación en .... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/). 

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