miércoles, 3 de julio de 2019

GOBIERNO DE CONSENSO

                        El equipo económico de Rajoy pide un “gobierno de consenso”, mientras, ante la imposibilidad de un gobierno monocolor, Sánchez e Iglesias siguen deshojando la margarita entre un “gobierno de coalición”, que pide el líder podemita, o un “gobierno de cooperación”, que pide el líder socialista sin saber exactamente de qué se trata, aunque se deduce que sería un camuflado gobierno monocolor sanchista con el apoyo generoso y desinteresado de quienes sean imprescindibles para auparlo y mantenerlo después. En efecto, ministros del ex presidente Rajoy avisan del riesgo de empujar a Sánchez a pactar con Podemos, aunque Casado y Aznar rechazan la abstención que facilitaría la investidura del socialista y manifiestan que “quien tenga que negociar, que negocie” al igual que fue capaz de negociar la moción de censura para desalojar a Rajoy. El caso es que, entre tantos tipos de posibles gobiernos, tenemos, de momento, un gobierno en funciones, surgido de la moción de censura destructiva (que no constructiva como dice la Constitución) al gobierno anterior, y que, acostumbrado a gobernar por decreto y abandonado por quienes le auparon al poder, sólo cuenta ahora, además de los insuficientes diputados socialistas, con el único respaldo del diputado del Partido Regionalista de Cantabria, es decir, del diputado del pintoresco Revilla, siendo incapaz, hoy por hoy, de conseguir ni siquiera el respaldo suficiente para que Sánchez sea investido como Presidente. Un gobierno “made in Sánchez” sin control parlamentario alguno con una Presidenta sanchista del Congreso, que dilata la constitución de las comisiones mientras nadie del Gobierno comparece ni para informar sobre las reuniones del Consejo Europeo, cuando el PSOE, con toda la razón, llevó en su día al Ejecutivo en funciones de Rajoy ante el Constitucional por eludir el control de la Cámara Baja. Un gobierno que, por fin, decide fijar fecha para la investidura, comunicándole desde Bruselas a la Presidenta del Congreso que será el día 22 de julio (largo me lo fiais), sin tener garantizado su éxito, aunque con la intención de seguir desgastando a Podemos, para conseguir veinte días más para recabar los apoyos que no ha conseguido desde que fuera propuesto por el Rey como candidato tras las pasadas elecciones, por lo que anuncia abrir otra ronda de contactos, a la que, por cierto, Rivera no piensa asistir ya que todo está hablado y no hay nada nuevo en el horizonte, mientras Podemos, a quien le sigue negando un “gobierno de coalición”, le reitera su “no” por boca de su líder (aunque serán los 517.489 inscritos quienes avalarían ese “no” en vísperas de la investidura, por aquello de que deciden las bases podemitas), asumiendo así una votación “kamikaze” al rechazar la oferta de ese insólito “gobierno de cooperación” que se ha inventado el Presidente y que, según manifiesta, no piensa ofertar nada más. Y mientras Rivera declina reunirse otra vez con Sánchez, Casado cree que lo que busca el líder socialista es la convocatoria de nuevas elecciones, ya que Moncloa maneja encuestas que darían al PSOE hasta 145 diputados (la del CIS incluso le da mucho más), mientras este bloqueo político priva a las Comunidades Autónomas de 5.000 millones, por lo que Hacienda busca ya una solución para que éstas no se vean obligadas a aplicar recortes. Es la consecuencia lógica de la.... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/

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