miércoles, 20 de marzo de 2019

SIMPLEMENTE, HACER CUMPLIR LA LEY

                        Mientras la Fiscalía ve “reforzado” el delito de rebelión tras las pertinentes declaraciones de los testigos en el juicio por el totalitario “procés” secesionista, Quim Torra, fiel a su antidemocrático comportamiento, nos obsequia con otra flagrante desobediencia, cuando su obligación como President de la Generalitat ha de ser, simplemente, cumplir y hacer cumplir la ley. Pero, claro, este principio, que es incuestionable en cualquier Estado democráticamente solvente, es discutible incomprensiblemente en España, donde de forma intolerable se es condescendiente con semejantes anomalías democráticas. En efecto, mientras, entre otras, la declaración de Castelví, alto cargo de los Mossos en el 1-O, es determinante para reforzar las acusaciones de que hubo violencia en aquellas lamentables fechas, avalando el presunto delito de rebelión para, al menos, nueve de los doce procesados, con Junqueras a la cabeza, la Junta Electoral Central, acabado el ultimátum al President para que retire de los edificios públicos de la Generalitat las ilegales esteladas y los lazos amarillos en apoyo de los inexistentes “presos políticos”, le sigue dando prórrogas antes de obligarle a retirarlas, sí o sí, como se haría en cualquier Estado democrático de forma incuestionable e inmediata. La Junta Electoral, que tras rechazar el recurso de Torra le había concedido 24 horas para quitar los citados símbolos separatistas y le había apercibido de “consecuencias penales”, como la inhabilitación, si no limpiaba ya los edificios públicos y, por tanto, desobedecía, tiene que soportar, como todos los ciudadanos españoles, incluidos los que viven en Cataluña, que el totalitario President lleve al límite su pulso al Estado, diciendo ahora su Govern que se ceñirá a lo que diga el Defensor del Pueblo catalán (el Sindic de Greuges), o lo que es lo mismo, pasándose por el arco del triunfo las resoluciones de la máxima autoridad en periodo de elecciones como es la Junta Electoral Central. En román paladino, que mientras todos los partidos políticos, todas las instituciones gubernamentales del entramado institucional del Estado y, por supuesto, sus gobernantes del rango que sean, al igual que todos los ciudadanos, tienen que acatar y cumplir las directrices emanadas de la Ley por los órganos pertinentes establecidos, si no quieren incurrir en delito, la Generalitat de Torra y su Govern, por arte de magia o simplemente por la gracia de Dios, como en los viejos tiempos, tiene bula especial para saltarse a la torera todo aquello que considere oportuno, actuando con el indecente estilo de cualquier gobernante fascista de pacotilla. Y mientras la Junta Electoral se dispone a acudir al Fiscal, no vaya a ser que si no se actúa con el más escrupuloso y delicado acierto y con todas las garantías democráticas, al final sea el propio Estado, ya acusado indecentemente de “opresor” por estos golpistas de tres al cuarto, quien encima apechugue con las consecuencias, cada vez crece más la indignación de cara a una campaña electoral en la que los españoles, incluidos los catalanes, nos jugamos el ser o no ser en el futuro próximo del Estado Español, uno de los más viejos Estados Modernos de Europa sin lugar a dudas. En cualquier otro Estado europeo, mucho más joven que el de España (históricamente casi todos lo son), este tipo de.....(sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/).

No hay comentarios:

Publicar un comentario