miércoles, 27 de marzo de 2019

AL MENOS, NO MENTIR

                        Mientras en el Supremo gran parte de los testigos avalan con sus declaraciones un presunto delito de rebelión por el “procés” secesionista catalán, que, en todo caso se habrá de demostrar o no con las pertinentes pruebas, el reaparecido Pablo Iglesias miente descaradamente en televisión y se anticipa al veredicto diciendo que, aunque lo ocurrido fue “serio” (¡menos mal!) no se puede hablar de insurrección armada “que es lo que dice el delito de rebelión”, coincidiendo con Cuixart en que el 1-O sólo fue “un ejercicio de desobediencia”, y aboga por que haya proporcionalidad en las penas de los líderes independentistas. Sin embargo el artículo 472 del Código Penal, que es el que hay que aplicar, dice textualmente que “son reos del delito de rebelión los que se alzaren violenta y públicamente para cualquiera de los fines siguientes”, entre otros, “declarar la independencia de una parte del territorio nacional” o “sustraer cualquier clase de fuerza armada a la obediencia del Gobierno”…..sin contemplar en ningún momento que dicha violencia tenga que ser armada o alzamiento militar, con lo que Iglesias, acostumbrado a utilizar grandes dosis de demagogia, cinismo e incoherencias en sus ardientes discursos populistas y su comportamiento, miente descarada y cínicamente a los ciudadanos quienes, al menos, debieran exigir como mínimo no mentir a sus representantes políticos. En efecto, los testigos, obligados a decir la verdad ante el Tribunal (los políticos debieran estarlo igualmente ante sus electores), declaran que hubo violencia en el “procés” y, así, entre otros, los mandos de la Guardia Civil enviados a la Consellería de Economía, rodeada en su día de energúmenos para impedir que la Comisión Judicial hiciera su trabajo, describen la relevancia del líder de la ANC, declarando que “allí Jordi Sánchez tomaba las decisiones y los mossos lo acataban”, y la tensión que vivieron al advertirles los agentes catalanes “si salís con las cajas, os matan”, al extremo de tener que sacar a la jueza por la terraza del edificio. Es uno más de los múltiples episodios de violencia, que todos vimos en televisión, hasta desembocar en la declaración unilateral de independencia de Cataluña, al extremo de que la Guardia Civil ve, no sin razón, un verdadero “polvorín” en los días previos al ilegal 1-O. A todo ello hay que añadir últimamente que el Tribunal de Cuentas lleva a Fiscalía la acción exterior del “procés” e investiga al fugado Puigdemont, pues, según su informe, que el PSOE quiere ocultar, la Generalitat dilapidó 421 millones en la innecesaria acción exterior (competencia reservada al Gobierno central), al extremo de que las falsas  “embajadas” catalanas gastaron “sin ningún control” nada menos que 27 millones en promocionar el “procés” y Diplocat despilfarró casi 16 millones en viajes y congresos, pagando la Generalitat por equiparar Cataluña con un escenario de guerra, ya que el lobby estadounidense especializado en procesos secesionistas violentos cobró más de un millón de euros y el coste de los “observadores internacionales” del ilegal 1-O costó 550.000 euros. Pero todo ello no impide que Torra, que ahora busca marcar perfil propio frente a Puigdemont, pida dinero extra a Madrid, exactamente 1.400 millones de anticipo para Cataluña, con el indecente argumento de asfixia económica. Y mientras Sánchez mantiene su...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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