martes, 13 de noviembre de 2018

VERGÜENZA INSOPORTABLE

                        De vergüenza insoportable se puede calificar el pasteleo PSOE-PP, entre la Ministra Delgado y su antecesor Rafael Catalá, con el beneplácito de IUPodemos, para desembocar finalmente en un acuerdo para repartirse los componentes del CGPJ en plena polémica sobre la politización de la Justicia que todos dicen despreciar pero que, a la hora de la verdad, todos tiran hacia su bando para nombrar a aquellos que, supuestamente sean de su cuerda y, por tanto, más dóciles a la hora de juzgar más o menos benévolamente aquellas conductas que pudieran perjudicar los intereses políticos o económicos de unos u otros. Vergüenza insoportable tanto en el fondo como en la forma que ahonda más aún en el desprestigio de una Justicia, cada vez más cuestionada, por su presunta parcialidad, al extremo de que se hace público quién será el nuevo Presidente del Poder Judicial incluso antes de conocerse los vocales que en teoría habrían que nombrarlo. Si hace dos días, PSOE y PP andaban a la gresca por el asunto del impuesto de las hipotecas y por la decisión del Ejecutivo de apear a la Abogacía del Estado de mantener el delito de rebelión a los encarcelados por el pulso al Estado del 1-O (mientras Delgado y Catalá negociaban el reparto de vocales en el CGPJ), no han tenido reparo alguno en negociar, con idéntico criterio que luego critican, y llegar a un total acuerdo en la composición del órgano director de los jueces, que, sorprendentemente, tendrá un Presidente conservador y una mayoría de vocales progresista (según la clasificación ideologizada de los jueces al uso, cuando, en realidad impartir Justicia debiera ser tan sencillo como aplicar la Ley sin más). El mismo Pedro Sánchez, en su investidura fallida de 2016, propuso una “auténtica revolución en el nombramiento de cargos de designación parlamentaria” para elegir a los vocales del Consejo por “convocatoria pública, evaluación de la competencia e idoneidad de los candidatos por un Comité Asesor de composición profesional” pues ello respondía a “primar la independencia, profesionalidad e imparcialidad de los candidatos”. Pero, ya ven, todas las promesas quedan en agua de borrajas: PSOE y PP, con la aquiescencia de IUPodemos, a quien se le obsequia con formar parte del pastel (o el pasteleo, como prefieran), convertidos en Comité Asesor y en convocatoria pública, prefieren primar sus intereses, como siempre, a la hora de hacer la elección, por supuesto con el silencio cómplice de Podemos, beneficiario esta vez en el reparto. En definitiva, once vocales progresistas designados por el PSOE (algunos a criterio de Podemos) y nueve conservadores por el PP a cambio de que la Presidencia sea para el “conservador” Marchena, clave en el juicio del “procés”, cuyo tribunal, habrá de abandonar ahora. Y con tan vergonzosa decisión, se dan las siguientes curiosidades o casualidades: el Poder Judicial tendrá un Presidente conservador y mayoría progresista; Martínez Arrieta, sustituto de Marchena en el tribunal del “procés”, y la entrada de Susana Polo inclinan dicho tribunal hacia la izquierda; el PSOE coloca a.... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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