Es incomprensible, inexplicable
y patético que un Gobierno democrático tenga como objetivo prioritario
mantenerse en el poder como sea y a costa de lo que sea, como sucede al Gobierno
de Sánchez, cuya portavoz, Isabel Celaá, sostiene insólitamente que “la obligación
de todo Gobierno es mantenerse”, cuando todo el mundo y el sentido común
entiende que la esencial obligación y el deber de cualquier gobierno
democrático es indiscutiblemente gobernar, obviamente, con arreglo al proyecto
mayoritario votado por el pueblo en los pertinentes comicios o al mayoritario
proyecto pactado con otras fuerzas en el Parlamento. Y si tal apoyo mayoritario
no existe, como es el caso, lo que procede es convocar elecciones y que los
ciudadanos decidan al respecto. Pero, ya ven, lamentablemente el Ejecutivo de
Sánchez unifica su respuesta de perpetuarse en el poder ante la falta de Presupuestos,
la sociedad instrumental de su ministra Calviño (entre otras) para pagar menos
impuestos, los ataques del independentismo al Estado y la exigencia de
elecciones de la oposición a la que también se suman buena parte de sus
aliados, como Podemos, entendiendo que gobernar con los Presupuestos del
anterior Gobierno censurado y por decreto-ley como sistema no es de recibo, ni
el mejor de los métodos para la buena salud de nuestra democracia. Pero no
importa, aunque Iglesias, el socio de Sánchez que más apoyos aportó a la moción
de censura, pida elecciones, coincidiendo con la oposición, Sánchez prepara a
sus ministros para gobernar (por decir algo) sin Presupuestos, ante la
imposibilidad de acuerdo con nacionalistas y, desde allende los mares, viene a
avalar las palabras de su portavoz Celaá afirmando que el Ejecutivo se
mantendrá a golpe de decretos-leyes, cuando no hace mucho solicitaba con toda
razón del mundo a su antecesor Rajoy que convocara elecciones si no era capaz
de conseguir los apoyos necesarios para aprobar los Presupuestos, aprobados
finalmente con el apoyo del PNV y decaídos con la mociñon de censura, que ahora
él pretende sostener y modificar con dichos decretos para conseguir terminar la
legislatura. En efecto, ante la alarma empresarial por el “postureo” de Sánchez,
alertando del riesgo de “muchos anuncios y pocos hechos” (sin mayoría
parlamentaria es lo que suele suceder), el Gobierno socialista de Sánchez
agonizará sin Presupuestos en plena exigencia de petición de elecciones por
parte de la oposición (y de su socio Podemos), mientras el Presidente confirma
que ni presentará las cuentas sin apoyos en el Congreso y que, ni en ese caso,
tampoco convocará elecciones anticipadas. Es como si a Sánchez le fuera la vida
dejando la Moncloa. Por su parte, otros destacados miembros del PSOE, como
Emiliano García-Page, aunque por razones estéticas y pragmáticas no forman el
pollo, son críticos con este empeño de gobernar con quien sea incluso si hay
que vender el alma al diablo para conseguirlo, y, al respecto, el Presidente
socialista de Castilla-La Mancha, manifiesta: “los Presupuestos son poca cosa
para venderse al independentismo”, “se deberían prohibir los indultos por
rebelión o sedición”, “que Podemos insista en la autodeterminación es
suficiente para no gobernar con ellos”, “Rivera podría ser perfectamente del
PSOE, al menos del PSOE en el que yo me afilié” y “la mayoría vendrá del
centro: un Gobierno del PSOE apoyado por Ciudadanos”…..es obvio que...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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