Un dicho popular dice (y
valga la redundancia) que “lo que no puede ser, no es, y además es imposible”.
Y, visto lo visto, parece que tenemos razón desgraciadamente quienes venimos
sosteniendo que en democracia no es posible gobernar (al margen de la
legitimidad con que se llegue al poder) con una minoría parlamentaria
descomunal y sólo respaldada coyunturalmente por grupos de dudosa autenticidad
democrática, pues, al final, o vas cediendo a sus ilegítimos e ilegales
objetivos, en definitiva a sus chantajes a cambio de su imprescindible apoyo, o
te quedas en minoría absoluta más solo que la una. Es lo que finalmente le está
sucediendo al Gobierno de Pedro Sánchez, tras unos meses de vigencia
caracterizados por rectificaciones, bandazos, incongruencias, improvisaciones e
incoherencias con el único objetivo de contentar ilusoriamente a sus
indeseables aliados para mantenerse en el poder sea como sea y con la ingenua
pretensión de que sus totalitarios socios se conformarán con una serie de gestos
de cara a la galería que, finalmente, no conducen a nada, salvo que, en última
instancia, el Gobierno ceda meridianamente y con hechos palpables a las
ilegales exigencias de sus antidemocráticos avalistas, lo que haría que el
remedio fuera peor que la enfermedad. En efecto, de nada ha servido a Sánchez
mantener, entre otras cuestiones inconvenientes e improcedentes, la apariencia
de un diálogo inexistente con los secesionistas totalitarios, ni gestos como el
acercamiento de los presos del ilegal “procés”, ni propuestas indecentes como
retirar o rebajar los delitos por injurias al Jefe del Estado, ni diseños de un
complejo sistema federalista en el que pueda encajar Cataluña (y el resto de
territorios donde gobiernan los nacionalismos excluyentes), ni declaraciones o
promesas irresponsables como la de contemplar la vía de indultos en caso de ser
condenados los políticos que protagonizaron el golpe del 1-O, ni, en
definitiva, nada de nada. Para la voracidad de los golpistas catalanes
secesionistas sólo vale, y así lo han dicho por activa y pasiva sin que Sánchez
se entere o sin que quiera enterarse, que sólo les vale la independencia de
Cataluña, sí o sí, y la concesión arbitraria, que ningún Gobierno les puede
dar, de un ilegal derecho de autodeterminación (entre otras cosas porque, en
caso contrario, no podrían mantener el apoyo de sus enardecidas parroquias
electorales antiespañolas) y, por tanto, la materialización de un ilegal
referéndum “pactado” en Cataluña (secuestrando la soberanía nacional de todo el
pueblo español), así como la absolución de los que llaman “presos políticos”,
que nadie puede garantizarles, salvo los tribunales de justicia (si no pueden
demostran los hechos delictivos que se les imputan), en un Estado Democrático Social
y de Derecho como el nuestro y los de nuestro entorno. Esta es la triste
realidad de un Gobierno, el de Sánchez, que se empeña en mantener un absurdo
diálogo con los gobernantes separatistas catalanes sin la previa exigencia,
como hacía el Gobierno anterior, de..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/).
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