Dejada la suerte de la
estabilidad gubernamental de España en manos del PNV (y ya se sabe cómo se las
gastan éstos nacionalistas) a causa de la manifiesta incapacidad de los
partidos constitucionalistas, triunfa la moción de censura de Pedro Sánchez,
tras la compraventa de los cinco votos peneuvistas a cambio de que el candidato
socialista, como nuevo Presidente del Gobierno, respetara y aplicara los
Presupuestos Generales del Estado de PP-Ciudadanos-PNV (incluidas las ventajas
otorgadas a los nacionalistas por Rajoy a cambio de apoyarlos: dos intolerables
chantajes sucesivos), aprobados en el Congreso con el lógico y furibundo voto
negativo del PSOE, que los descartaba porque eran perversos para el Estado del
Bienestar, para el progreso, para la igualdad, para los trabajadores, la
sanidad, etc etc….. en definitiva, eran como una especie de maldición divina
para la inmensa mayoría de los españoles. Ahora, y sin entrar en la solidez o
no de los argumentos de Sánchez para rechazarlos, cabe preguntarse por tanto….”y
ahora, ¿qué?”. De entrada ya es paradójico (o parajódico, como prefieran) que
en el trámite presupuestario del Senado, donde la derecha tiene mayoría
absoluta, cinco de los partidos (IUPodemos, PDeCat, ERC, Bildu y Compromís) que
acaban de apoyar la moción de censura, hayan vetado los Presupuestos que habrá
de aplicar Sánchez tras el pacto con PNV, olvidando dichos partidos que al ser
constructiva la moción de censura implica asumir un proyecto alternativo de
Gobierno, que curiosamente nadie especificó en el debate, por lo que dichos
Presupuestos habrán de seguir adelante con el apoyo de sus perversos promotores
y no de sus angelicales aliados en la censura. Un sinsentido que evidencia las
múltiples, casi insalvables, dificultades para gobernar que tendrá un Gobierno
con sólo 84 diputados, una locura democrática se mire como se mire, salvo que
Sánchez, hábil donde los haya, pacte ahora con el descabalgado Rajoy y con
Rivera para sacar adelante sus propuestas (las de éstos, no las suyas, pues
concretas no hay ninguna, salvo aplicar el Presupuesto de la Derecha), dado que
el variopinto mosaico de partidos (populistas, nacionalistas de izquierdas y de
derechas, secesionistas y abertzales) que apoyó la censura, una vez conseguida
la destitución de Rajoy, que era su único objetivo y no favorecer al líder socialista
(ya lo dejó claro Cañamero en su camiseta a la hora de votar) se disponen a
dejar con el culo al aire al nuevo Presidente salvo que éste se someta a sus
variopintas, antagónicas e inviables propuestas, muchas de ellas de claro matiz
antidemocrático y anticonstitucional. Es la triste y cruda realidad, se mire
con la perspectiva ideológica que se mire. El mismísimo Pablo Iglesias, el del
abrazo del oso a Sánchez, ya le ha dejado bien claro la postura de IU-Podemos:
“si entramos en el Gobierno, seremos socios; si no, la oposición”; ¡cómo si
Sánchez no tuviera ya suficiente oposición! (por vez primera en nuestra
democracia el primer grupo parlamentario de la oposición, el popular, por sí
solo ya es muy superior al grupo que apoya al Gobierno, el socialista). Un
verdadero sinsentido donde los haya desde el punto de vista del funcionamiento
democrático y el sentido común. “Y ahora, ¿qué?”, cabe preguntarse, pues una
cosa es ganar una moción de censura, aprovechando las lógicas fobias contra el
Presidente y contra la corrupción en las filas de su partido (asunto fácil de
conciliar entre muy diversas fuerzas políticas de oposición), y otra, bien
distinta, obtener la.... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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