En pleno ecuador de la
Legislatura y con la vista puesta en elecciones (las locales y autonómicas,
dentro de un año; las generales, dentro de dos, como máximo) el panorama político
español, al que hay que añadir la puesta en marcha del nuevo Govern de Torra y
la pertinente derogación del artículo 155 en Cataluña, está más que
interesante. De un lado Mariano Rajoy, cuyo gobierno decayó con la exitosa moción
de censura de Sánchez, no sólo deja por obligación la Presidencia del Gobierno
de España sino que, tras despejar no pocas especulaciones, abandona asimismo la
Presidencia del PP y abre en canal el pertinente proceso sucesorio interno,
consciente de que lo que haga su partido desde ahora tendrá claras
consecuencias electorales, dado que, según los últimos sondeos, estaba en caída
libre, aunque todavía se alzaba con el triunfo electoral pero a muy corta
distancia de Ciudadanos. De otro lado Pedro Sánchez se estrena como nuevo
Presidente del Gobierno, ocupado en formarlo para que empiece a funcionar y
bien, consciente de que su futuro y el de su partido, el PSOE, va a depender en
buena medida de los aciertos o errores que cometa en su tarea gubernamental,
consciente también de la debilidad parlamentaria que le arropa para sacar
adelante sus propuestas en Legislatura tan corta, y consciente además de que
los sondeos apenas le daban una ligera ventaja sobre los malos resultados
obtenidos en 2016. Por lo demás, tanto Ciudadanos, en vertiginoso ascenso
demoscópico, como Podemos, en clara recesión o estancamiento, al igual que el
resto de partidos nacionalistas (enquistados en sus ancestrales apoyos, que les
son suficientes para sus objetivos), eliminado el mantra de la corrupción del
partido del Gobierno (al menos de momento) y el de la perversidad intrínseca de
un gobierno de derechas autoritario y centralista al que achacar la
responsabilidad de todos los males y negarle la de cualquier acierto en su
gestión, quedan casi huérfanos en su argumentario habitual ante la nueva
situación política creada a mitad de Legislatura, siendo conscientes de que cualquier
grave error que cometan puede trastocar sus anteriores aspiraciones. Ya no está
el Gobierno de Rajoy a quien achacarle todos los males y ya no está el PSOE
como principal partido de la oposición a quien culpar de que Rajoy, es decir,
la derecha, siga gobernando en España. Ahora toca mojarse de verdad y no se
puede seguir de farol, ahora hay que retratarse para saber dónde está cada uno,
qué quiere y qué defiende, lo que hace tremendamente interesante.... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
No hay comentarios:
Publicar un comentario