Mariano Rajoy da por
cerrada la vía de diálogo con la Generalitat y su Gobierno constata que el
secesionismo “acelera” hacia un punto sin retorno, por lo que el Ejecutivo
endurece su discurso contra las ilegales pretensiones de los independentistas y
redobla los gabinetes de crisis convencido de que “quieren ir hasta el final y
en poco tiempo”, incluso desafiando al Tribunal Constitucional, al extremo de
que el Presidente afirma “es una de las mayores cacicadas que he visto en mi
vida, propia de las peores dictaduras”, mientras Cospedal afirma que “si
estuviéramos en otro país estaríamos hablando de un intento de golpe de Estado”,
Méndez de Vigo añade que “es un atentado grave contra el Estado de Derecho” y
Sáenz de Santamaría tranquiliza a la opinión pública diciendo que “la
democracia tiene el poder para evitar el referéndum”. En fin, considerando
acertado el diagnóstico de la situación hecha por el Gobierno, la incertidumbre
estriba en si el Gabinete será capaz de poner en práctica todas las medidas
constitucionales contempladas para evitar el desafío separatista unilateral y
si en su obligación para evitarlo contará con el apoyo unánime e incondicional
del resto de partidos democráticos que conforman la oposición, pues en este
país, desgraciadamente, jugamos demasiado a dejar ciego al contrario aunque yo
me quede tuerto. No en vano, según Metroscopia, el 77% de españoles cree que
Rajoy ha gestionado mal la crisis catalana, pues muchos, bien por exceso o por
defecto, consideran que hasta la fecha no se ha puesto toda la carne en el
asador para superarla. Entretanto, sin ir más lejos, Iglesias cree legítimo el
referéndum unilateral, aunque sólo como una movilización sin carácter
vinculante, por lo que Podemos apoya el ilegal referéndum unilateral, al
considerar que se trata de una “movilización legítima” y sostiene que “lo que
nosotros defendemos, tanto en Cataluña como en España (supongo que querrán
decir como en el resto de España), es que tiene que ejercerse el derecho a
decidir”, desconociendo Iglesias que tal derecho genérico e indefinido no
existe para nada en la legalidad internacional. Por su parte el nuevo
Secretario General del PSOE, propone que se considere a España como un Estado
“purinacional” o una “nación de naciones” (“culturales” o no), desconociendo
que en la Constitución vigente, aprobada por todos los españoles, incluidos los
catalanes (que la apoyaron más incluso que otras comunidades), se considera a
España como única nación indivisible y que, por tanto, para llevar a la
práctica el experimento sanchista habría que modificarla y para ello se
necesitaría una mayoría muy cualificada en el Parlamento, es decir, un... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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